La pinada del Parque de Santa Catalina acogió sábado 3 de julio la primera edición de la Fiesta de la Diversidad, un acontecimiento que resultó todo un éxito, tanto para la Concejalía de Igualdad como para el resto de concejalías que van colaborar en su puesta en marcha.
Con todas las mesas llenas, el público asistió a un acto que incluyó proyecciones, mensajes reivindicativos, una tabla de experiencias que fue muy interesante, y la lectura del manifiesto que a lo largo de estos días prepararon alumnos del instituto del Pinós.
La edil de Igualdad, Mª José Moya, ejerció de presentadora del acto, recordando en sus primeras palabras que hay muchas razones para celebrar una fiesta como esta, dado que todavía queda mucho por camino para recorrer para ser una sociedad completamente igualitaria. De hecho, también alertó sobre el crecimiento de los grupos extremistas que están poniendo en peligro las conquistas sociales que han ido consiguiéndose estos últimos años.
El público pudo disfrutar de la proyección de dos cortos del director Ángel Puado, “Trans, dos abuelas hablando de…”, que ha recibido numerosos premios, y el estreno de “Cuestión de sexos”, donde interviene el joven actor pinosero Andreas Lozano, quien no pudo estar al acto pero dejó un mensaje grabado.
También se proyectó el videoclip del rap “Una mano al Cielo”, creado por el alumnado de 6.º del CEIP San Antón. Su maestra Toñi Perea explicó como se había gestado dentro del proyecto “Rapsodes”, junto con un taller de sensibilización sobre la diversidad.
En la pantalla también se pudo ver el video conmemorativo del Día del Orgullo LGTBI 2020, y la edil de Igualdad agradeció a las personas que colaboraron en él a pesar de estar en pandemia, definiéndolas como personas valientes.
Uno de los momentos importantes de la noche fue la mesa de experiencias, que estuvo moderada por el alcalde y diputado nacional Lázaro Azorín, para quien es importante conseguir “que el odio vuelva a tener vergüenza. Queda mucho por hacer y las personas que estamos aquí somos activistas porque hay que serlo. No hacemos daño a nadie y respetamos a todos”.
Beatriz Perona, psicóloga de Orienta Alicante, habló del equipo con que cuenta para atender a los usuarios de toda la provincia, destacando que en los tres primeros meses de la pandemia se duplicaron las atenciones. Ella trabaja con adolescentes trans y reconocía que no es fácil para las familias.
Aitor Pla, presidente de Ponts de Igualdad, destacaba que en los dos años de trayectoria de la asociación se ha avanzado mucho y se congratula de haber contactado con las universidades para trabajar estos temas. Además, desde hace tres meses disponen ya de un punto físico de atención.
La escritora y activista Lydia Na, presidenta de Entendemos LGTBI, ve el anteproyecto de Ley Trans como un punto de inicio para luchar por los derechos que todavía no tiene el colectivo. Mientras tanto, “ser activista es promover la visibilización de unas personas que no lo son hasta que no dan el paso de asumirlo y salir a la calle siendo quienes son”.
En cuanto a Carlos Perona, estudiante de Diseño de Moda, su presencia no tenía nada a ver con sus estudios, sino con las consecuencias de una agresión homófoba que sufrió hace tres años. El proceso de recuperación fue bastante duro y largo. De hecho, no volvió a salir de fiesta durante mucho tiempo. Para él, las agresiones nos hacen retroceder como sociedad.
Al acabar la mesa de experiencias se proyectó un video con las palabras de felicitación de Miquel Àngel Fernández, director ejecutivo de la Fundación Pedro Zerolo, celebrando que el municipio de Pinoso se animara a celebrar esta fiesta de la diversidad.
En cuanto al manifiesto del Orgullo, su elaboración y lectura estuvo a cargo de cinco alumnas y alumnos del instituto José Marhuenda Prats. Tres subieron al escenario junto a su profesora Estefanía Pérez, quien explicó como prepararon las frases del texto.
Mientras se producían las intervenciones y proyecciones, en las mesas fueron sirviéndose vinos de Bodegas Volver y embutidos de Rico y Espinosa, firmas colaboradoras del evento.
La velada continuó con la música de Me and the Reptiles. Quien decidió continuar la fiesta aprovechó la oportunidad de cenar con el menú del Orgullo que ofrecía Rico y Espinosa, montaditos variados y brochetas de fruta.
También había una zona de photocall para fotografiarse ante el logotipo “Pinoso, El encanto de la Diversidad”, y en la zona de acceso a la pinada se podía disfrutar de unos paneles con buena parte de la exposición “Transgresivas”.
Todo el recinto estaba decorado con multitud de corazones con la bandera LGTBI.
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