El pasado viernes, 8 de julio en el Centro Cultural Virgen del Carmen, se inauguró la exposición de pintura “Mi naturaleza” de María Teresa Durá.
El arte es algo tan profundo, tan sagrado… porque habla del alma de las personas, de su esencia, su ser. De sus sentimientos y emociones, y de lo que realmente importa al ser humano. Habla de nuestra cultura y de nuestra forma de vida, de cómo somos los seres humanos y nos desenvolvemos en nuestro entorno, de la relación con todo lo que nos rodea, de nuestra relación con el mundo.
Nuestra obra habla de nosotros, es inevitable. De nuestras emociones, de nuestro amor por lo que pintamos, perplejidad, desaprobación… o simplemente sirve para cuestionarnos ciertas cosas sin tomar posición alguna.
En definitiva, habla de las cosas que nos importan, y eso ya dice mucho de nosotros. En mi caso habla de mi fascinación por la vida, en todas sus formas, de su exuberancia y su poder. De mi asombro ante la naturaleza, tan bella como poderosa, tan amable como destructora, con todas sus contradicciones y su orden natural. Y cómo no, con ese caos dentro del orden, lo cual me resulta muy interesante y atrayente. Se pinta para poder expresar lo que no se puede hacer con palabras.
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