Un nuevo pliego de condiciones de la DOP Alicante se acaba de publicar por la Conselleria de Agricultura de la Comunidad Valenciana bajo la resolución de 4 de agosto de 2021. Es el cambio nº 21 en la reglamentación de este consejo desde 1932 y que ha llevado más de 3 años de gestión por parte de la administración.

Se trata de una renovación completa de casi todos los requisitos, donde se han eliminado elementos como la comprobación del marco de plantación o algunas restricciones que no suponían una mejora de calidad.

Una de las novedades más destacadas es la creación de una nueva figura de calidad. Se ha denominado “Alicante Singular” y es una combinación de requisitos. Servirá para identificar aquellos vinos más especiales y únicos de la denominación donde se aúnen variedades históricas o principales, de parajes concretos, con un menor rendimiento y plantadas en vaso.

Para el presidente del CRDOP Alicante Antonio M. Navarro es una suma compleja de requisitos, pero queremos estimular con ello la creatividad y vinculación, especialmente en los jóvenes creadores, y creemos que hay más importancia en la suma de variables para hacer vinos diferentes que un único criterio, habida cuenta de la biodiversidad de suelos y climas que encontramos en la zona”.

Esta mención se compatibiliza con la de vinos de paraje o municipios que muchas bodegas utilizan de forma histórica en la DOP y que se ha añadido al actual sistema de control como parte de la verificación de la información que se proporciona en el etiquetado, sin necesidad de crear otras figuras más restrictivas o limitadoras. Es decir que se puede indicar la procedencia concreta pero siempre se verificará.

Esta mención convivirá con la de “Moscatel Alicante” que servirá eso sí, únicamente para los vinos de “moscatel de Alejandría” y no otras variantes y que se usará para vinos secos o de licor. También es importante reconocer que “esta es la variedad histórica y más expresiva y no otros clones que se están plantando con otras necesidades”, indica Navarro.

El apartado de variedades se ha reorganizado en tres categorías: históricas, principales y secundarias. En el primer grupo se han incluido todas aquellas legalizadas en la autonomía que, con poca producción, forman parte de la tradición de la zona, donde ha habido históricamente numerosas variedades. Ahí tenemos algunas como el forcallat, mandó, las valenci blanca y tinta, tortosí, bonicaire, miguel del arco, trepat o tardana. También se recupera una histórica como ha sido el Pedro Ximénez, atestiguada desde el siglo XVI en la “Horta d´Alacant”. El trabajo por la identificación de otras variedades continúa realizándose con la legalización previa de este material localizado.

En el grupo de “principales” se agrupan las blancas moscatel de Alejandría (distinguida de la de “grano menudo” que pasará a secundaria), malvasíamerseguera y verdil. Y en tintas monastrell (que supone casi el 75% actual de la producción), garnacha tintorera o su sinonimia “Alicante Bouschet” como es conocida en otras partes del mundo, la tinta ó “giró” y la bobal, aunque casi nada cultivada ahora mismo, pero presente desde el primer pliego.

Como secundarias se han agrupado el resto de variedades internacionales.

En cuanto a la zona de producción continúa siendo la aprobada en 2010, pero en este caso se han precisado las parcelas de los municipios murcianos amparados desde 1957 y se han ampliado algunos de Caudete, con iguales condiciones climáticas y de suelo que su vecina Villena, cuyas parcelas están en el linde y que estaban siendo excluidas de la producción. Algunos municipios han completado comarcas como es el caso de Tárbena, los municipios de montaña de la Vall de Gallinera o localidades de la comarca del Alicantí, que configuraban el marco histórico de la “Horta” y que, por el retroceso del cultivo en el pasado siglo, se habían excluido. Es el caso de San Joan, Mutxamel, San Vicente, Jijona, Busot o Campello donde cabe la posibilidad de recuperar cultivos de pequeña escala o bodegas antiguas.

Otros elementos revisados han sido la calificación organoléptica, más adaptada a elementos comprobables; la fisicoquímica con adaptaciones específicas para el Fondillón, por ejemplo. Los rendimientos se han ampliado adaptándolos a las estipulaciones marcadas en las últimas campañas donde se posibilitaba aumentarlos un 25% de forma puntual; pero se ha anulado esta posibilidad, de manera que quedarán fijos.

Se han simplificado y adaptados a la normativa europea y nacional, las referencias a los vinos elaborados que seguirán siendo blancos, rosados, tintos (con sus diferentes maduraciones), vinos de licor, añejos, nobles, espumosos, espumosos aromáticos y los vinos sobremadurados como es el caso del Fondillón que ha visto ampliada la descripción de las “criaderas o soleras”.“Ha sido una renovación completa y compleja que ha supuesto numerosas reuniones con técnicos de todo tipo, muchos independientes y que comenzó con un buzón de sugerencias en el año 2018 por el que nos llegaron propuestas muy diversas” indica el presidente. “Refozar lo local, hacerlo fácil y comprensible, primar la calidad de vinos y no el interés particular y hacerlo lógico con el devenir histórico y la experiencia en la zona, ha sido nuestra máxima”.