La estética masculina de la primavera/verano del 2020 reinterpreta los códigos de elegancia y comodidad. El estilo deportivo sigue imperando debido principalmente a la imposición del estilo callejero adorado por el público millennial. Sin embargo, otros diseñadores están aproximando de modo acertado la ropa deportiva y la indumentaria trabajadora hacia una sofisticación sencilla y moderna.
Hussein Chalayan presenta “Post-colonial body”, una colección que refleja la imposición cultural que hubo en América Latina por parte de España y Portugal y en Japón por parte de Estados Unidos. Esto se traduce en el papel fundamental que desempeña el algodón en trajes y prendas que acarician el aire evocando ejercicios de danza y disciplina física. Una serie de prendas fáciles de llevar, actuales y de tonos luminosos, en la que los modelos desfilan llevando su propia música en radiocasetes que transportan directamente a 1986. Fruto de esta inspiración son las camisas por debajo del codo y las bermudas remangadas por debajo de la rodilla. Los colores del algodón y la lana son suaves y los únicos estampados son las rayas verticales en azul, blanco y negro. La influencia de la vestimenta profesional se eleva con elementos más elaborados pero, sin olvidar por un instante el corte impecable y sencillo de los trajes de color gris y azul marino de cuadros con mangas creando contraste.
Paul Andrew el nuevo director creativo de Salvatore Ferragamo piensa que la moda masculina actual se encuentra en un estado de atrocidad y que la proliferación de capuchas y camisetas llenas de logos no se corresponden con la idea del lujo ni el verdadero significado de la elegancia. Su visión de la modernidad no estriba en transformar al hombre sino llevarlo a una nueva generación mediante prendas confeccionadas con cuero de Napa o reinterpretando el pantalón de trabajo de lana y algodón. Presenta además una revisión del mono de trabajo que se adapta tanto a la silueta masculina como a la femenina. Las camisetas son ajustadas tanto de manga corta como de tirantes en colores suaves y los abrigos y chaquetas son de corte sencillo y amplio. Incluye además jerseys y camisetas de punto en una colección con ausencia de estampados a excepción de una serie de camisas con estampado ecuestre. En cuanto a los famosos zapatos, los sustituye por un híbrido de zapatillas con la misma visión futurista que el fundador siempre bajo el mismo exquisito proceso artesanal y los mejores materiales. Por último destacar que el casting incluye modelos de mediana edad de ambos sexos y diversidad étnica.
El hombre Saint Laurent se viste de sensualidad con prendas negras de toques brillantes. La influencia de la estética rock y en particular de Mick Jagger están presentes en camisas con transparencias anudadas a la cintura, escotes pronunciados y pechos desnudos. Los trajes ajustados y siluetas estilizadas marcan la cintura con contrastes de chaquetas rojas, estampados de rayas y bordados brillantes. Los aires refinados se apoderan del estilo bohemio en chaquetas con mangas cortadas con proporciones amplias y la influencia sahariana aparece en pantalones voluminosos de corte harén de seda blanca combinados con sandalias de tiras de cuero negro. La masculinidad en satén y brillo hace referencia a la aproximación de géneros y una reminiscencia de la androginia de los años 70, del mismo modo que los pantalones cortos en beis y denim propios de la línea femenina se trasladan a esta colección combinados con chaquetas y gabardinas amplias. En cuanto a los accesorios destacan los sombreros de ala ancha, pañuelos, joyas talismán y zapatos blancos y de charol negro.
Las claves de estilo de la próxima primavera para el nuevo hombre son de gusto minimalista y enérgico durante el día y una vez llegada la noche el atrevimiento se apodera de todo en una revisión de prendas con toques andróginos y sensualidad sofisticada.
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