La percepción de la realidad es subjetiva, y cada uno la transforma según una serie de condicionantes que, partiendo de un elemento común se distorsiona y crea imágenes que viven en el subconsciente. Este sería el punto de partida de la exposición “Es cuando duermo que veo claro” que Josep Ros cuelga en la sala “Ramón de Soto de la Fundación Frax (L’Alfàs del Pi) hasta el 10 de julio.

A partir de experiencias propias o comunes se desarrolla una iconografía particular, ajustada a la lectura contemporánea y que al mismo tiempo recoge parte de la tradición iconográfica y de la emblemática de la pintura clásica europea. Enmarcado dentro del «lowbrow» ó surrealismo pop, se ofrecen escenas inquietantes en escenarios teatrales donde los personajes interrogan al espectador y le invitan a participar en la escena.

La obra se basa en gran parte a los emblemas de Alciatoy la iconología de Ripa, transformándolos y adaptándolos a los tiempos actuales, añadiendo además imágenes icónicas interpretables para que el espectador pueda hacer una lectura de la obra.