Lola Lorente nace en Bigastro, un pequeño pueblo del sur de Alicante. Es una artista dibujante y narradora de historias, que lleva sumergida en el mundo del cómic desde hace ya más de quince años. En el IAC Juan Gil-Albert en la Casa Bardín se presenta la exposición “MI” de esta artista, hasta el próximo 15 de enero.
Lola Lorente, licenciada en Bellas Artes con un curso de ilustración en la Escola Massana de Barcelona ha publicado historias cortas en revistas como Nosotros Somos Los Muertos, Humo, Dos Veces Breve o Fanzine Enfermo. En la exposición de pueden apreciar algunas de las páginas de La Alumna, su próxima novela gráfica que verá la luz a principios de 2019, relata la narración de un viaje de vuelta al pasado donde Mary Pain, una joven mujer de personalidad particular intenta encontrar su sitio en medio de la crisis social y familiar.
Con Lola he hablado en exclusiva para LoBlanc. Las ilustraciones son maravillosas, los espectadores se quedan un buen tiempo viéndolas. La imagen de la alumna que se exhibe me ha llamado gratamente la atención. En su obra se aprecian construcciones sobre las construcciones; la artista pone pedacitos de papel para incrementar la historia dentro de la historia.
Tengo la impresión de que la artista decide hacer redefiniciones en la obra durante su elaboración ¿durante la producción de la obra, ¿usted cambia la idea que ya tenía trazada en su mente antes de dar inicio al trabajo?
Bueno una no siempre está segura de todo lo que hace. Algunas veces creo que la obra ya está terminada y luego la miro y deseo seguir trabajándola. En algunos casos sucede que el dibujo que tengo no me atrae completamente y entonces simplemente pongo un pedazo de papel…
Yo siento que en su obra hay una serie de licencias creativas…
Por ejemplo, a usted no le preocupa que la línea sea perfecta realizada y en un solo trazo.
Es verdad, algunas veces, por ejemplo, coloco blanco sobre lo que ya he pintado y eso me permite que la línea definitivamente sea la que yo quiero. Yo he cambiado un poco mi forma de hacer. Esta ha sido una forma de lucha; antes yo era como muy impoluta en mi trabajo y en realidad me he dado cuenta de que eso no tiene por qué ser así. Hay que darse licencias hasta estar segura de que lo que haces está muy bien.
También siento que a veces cambia el texto…
Cuando yo coloco un texto lo hago porque creo que complementa. Algunas veces lo que quieres transmitir es una suma de texto e imagen. El texto es algo que cuando yo sé que deseo comunicar algo, lo escribo poco a poco, como una manera de acercarme al texto definitivo.
En su trabajo siento mucha espontaneidad aun cuando da la sensación de ser un trabajo muy elaborado.
A mí me encanta lo espontáneo, por ejemplo, me gustan mucho los dibujos que hago mientras hablo por teléfono. Sin embargo, para hacer un cómic hay que usar mucho la cabeza.
Pasemos a otro tema ¿Por qué decidió dar el salto a Francia?
Persiguiendo un plan para seguir dibujando. Por una beca que me salió a través de un concurso que me dieron la oportunidad de ir. Allí encontré un plan y sigo allí.
El cuerpo está allí pero su mente parece estar aquí de alguna manera porque al ver sus textos se evidencia que su corazón de alguna forma está aquí…
Siempre hay una ausencia. Cuando vives en otro lugar no comprendes todo perfectamente porque no es tu cultura no es tu lugar y no es tu lengua, pero es también la aventura. Es la oportunidad de seguir aprendiendo y por otra parte es que Francia no está tan lejos, sino que está allí lo más, detrás de los Pirineos.
¿Cómo es la relación con los franceses?
Los franceses nos quieren más a nosotros que los españoles a ellos. Ellos dan gran apoyo a la cultura y acogen a los artistas extranjeros dándoles un valor que no se les da en España.
¿Cuándo decidió que lo que quiere hacer en la vida es ilustrar?
Yo creo que no hay una decisión definitiva… Creo que la vida me ha llevado para ese camino y lo vivo porque en el momento no me ha llegado otra alternativa para escoger y como aún hay mucho por hacer y por descubrir y como deseo seguiré investigando pues me he dejado atrapar por el grafismo.
Al observar sus cómics me queda la sensación de que hay una escritora escondida ¿antes había trabajado en su rol de escritora?
No nunca, nunca… De hecho, escribir es algo que me da mucho respeto, pero escribir se conjuga muy bien con la imagen y a veces ayuda a precisar una idea.
¿En su trabajo es más importante la línea que la letra?
Para mí sí. El texto no es menos importante, compone junto a la imagen, es necesario, pero el valor del dibujo es para mí más potente. Yo me apoyo menos en el texto que en la imagen.
Viendo sus personajes me encuentro con la alumna y esa alumna me parece muy radical…
Ella es un poco rara… Es alguien que está aprendiendo como todos… Ella pretende aprender de la vida.
Nos han contado que le faltan 9 páginas para terminar su libro…
No puedo decir un taco, pero las últimas páginas son muy difíciles.
Viendo la manera como usted produce algunas de las imágenes me queda la pregunta ¿suele revisar mucho?
Sí, reviso mucho. Me quedo mirando lo que parece estar listo y me pregunto, ¿pero esto realmente está terminado? ¿seguro que está bien? ¿será que le falta algo? Hay un estante en que me digo, ¡bueno, paro ya de cuestionarme tanto!
¿Ver un tras de otra las hojas de sus cómics, colgadas en la pared de una sala de arte, le extraña?
Sí. Es que cuando lo ves así colgado ya es dibujo no es la expresión en un papel… Cada una se convierte en un grafismo, en la representación de un universo. Para mí que tiene la propiedad de que algunas páginas funcionan por si mismas solas y otras deben ir acompañadas…
Veo aquí obras que no están pensadas para el cómic, piezas que están hechas precisamente para esta exposición… Se aprecia en ellas color, cosas que no hay en el cómic; también observo que se ha atrevido con un trabajo que yo llamaría de escultura blanda…
He trabajado con formatos diferentes, con trazos distintos, con una libertad distinta ya he asumido otro tipo de riesgos.
Llama la atención que en sus dibujosy escultura aparecen flecos que recuerdan el trabajo de las modistas…
Yo acompañaba a mi madre a dónde la vecina que era costurera y ella hacía muchos adornos para novias, pamelas imposibles… eso quedó en mi mente de alguna forma y me produce mucho placer el ir a tiendas que están a punto de cerrar y encontrarme mercerías con estas cosas imposibles… Para mí tienen como un punto muy cercano al pelo lacio.
Por otra parte observó una especie de uñas joya…
A mí me va el falso lujo y el glamur decadente…
Estamos hablando de eso que yo he llamado esculturas blandas… ¿Este tipo de trabajo es su próximo paso?
Esta es una muy buena pregunta. Debo decir que tengo mucho pudor de mostrarlas… Yo lo traje porque quería de alguna manera mostrar lo que yo hago; me alegra recibir su feedback y que le hayan gustado.
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