Alere/Dolia es una muestra gastronómica que se celebra el próximo 7 de septiembre en el Auditori Teulada Moraira. Su misión es descubrir y preservar el territorio y, por tanto, sus productos como es el caso de la uva Moscatel de Alejandría de la Marina Alta cuyo cultivo ha sido la principal actividad agrícola de la comarca y la base económica durante muchos siglos.

El Auditori Teulada Moraira se convierte, por tanto, en un enclave con un sinuoso diálogo paisajístico con sabor y color mediterráneo, nuestros fondos marinos y el acento en los productos con Denominación de Origen como expresión del patrimonio de nuestra geografía gastronómica.

En esta edición participará María José San Román, chef galardonada con una estrella Michelín y dos soles Repsol, una embajadora de la cocina alicantina y española, muy comprometida con la trilogía mediterránea de productos como son el Azafrán, el Aceite de Oliva y el Arroz y fiel defensora de lo auténtico y lo nuestro en la cocina. Defensora, lógicamente, del talento de la mujer dentro de la gastronomía y esto lo realiza a través de la asociación Mujeres en Gastronomía (MEG) que ella preside en la actualidad.

P: Qué aportarás y que te devolverá estar presente el próximo 7 de septiembre en el Alere/Dolía del Auditorio Teulada Moraira?

R: Aportaré el territorio y su proximidad que es mi filosofía que llevo en el restaurante, por tanto, estarán presentes las salazones y el aceite de oliva virgen. Lo que recibiré es mayor, porque luego te vuelves con un capazo lleno de experiencias que no sabes nunca de dónde salen tantas cosas. Y todo se resume en generosidad.

P: ¿Qué valor y retos tiene la mujer en la alta y la pequeña gastronomía en España?

R: El reto es estar en la alta. Estar al mando, porque en la pequeña ya estamos dado que las mujeres representamos más del 50% de profesionales de la hostelería. Hay que dar visibilidad en las mujeres y ese talento va a aportar riqueza.

P: En este sentido, ¿qué lugar tiene la asociación MUJERES EN GASTRONOMÍA (MEG) en este terreno?

R: Cuando tienes una idea hazla. Por eso pongo en marcha este proyecto asociativo. Hay que quitarle a la gente las cataratas. Hay gente que no ve que no están las mujeres y eso es un problema.

P: Alicante y la Marina Alta, ¿cómo se sitúa en la gastronomía de nuestro país? Hablo de producto, profesionales, etc…

R: En el amplio sentido, en Alicante somos uno de los ejes gastronómicos del país más importantes. Además, somos la provincia y Comunitat con más mujeres en alta gastronomía, con estrellas Michelin.

Somos excepcionalmente únicos con una tradición cultural e histórica que nos han aportado valor, también en la gastronomía. Y es un reto la transmisión a las nuevas generaciones. A los jóvenes no les puede dar vergüenza hablar o hacer una olleta de toda la vida o una croqueta tradicional.

P: Los premios y reconocimientos ¿ayudan de alguna forma a crear proyecto: Michelín, Soles Repsol?

R: No ayuda económicamente, pero a nivel personal el estímulo es tan amplio, es casi como cuando el maestro te decía que bien dibujas. Esa importancia del estímulo hay que trasladarla también a las mujeres. Las madres siguen estando ahí pero no están en los medios de comunicación. Hay que cambiar el cristal por el que vemos.  Es esencial el empoderamiento de las mujeres.

P: ¿Qué valor nos aporta la trilogía de productos o ingredientes como son el Azafrán, el aceite de Oliva Virgen y el Arroz?

R: Productos emblemáticos por excelencia en el que tenemos que evitar los refinados, tenemos que utilizar lo originario. Es mi obligación transmitir, como profesional del sector, que hay que apostar por lo auténtico, que tenemos que poner un SOS a todas las variantes refinadas que están en el mercado y que tan poco aportan.

En el arroz pasa lo mismo. Yo estoy trabajado mucho con este producto, sus variedades, su cultivo, sus tradiciones, su tratamiento específico. Nosotros, en nuestra tierra, no hemos hecho escuela del arroz pero estamos en el comienzo de ese cambio.

P: ¿Hay diferencias reales de cocinar para Reyes o Presidentes de Gobierno o para clientes normales que van a tu restaurante Monastrell?

R: Ninguna. A todo el mundo le emociona lo mismo. Yo doy de comer a más 1000 personas diariamente. A estas personalidades hay que darles lo mismo, lo de lo todos los días.  Las personas no hemos cambiado. Cuando he trabajado en Moncloa solo me han dicho haz lo que mejor tú sabes hacer y ya está.

P: La televisión o programas tipo Master Chef ¿cómo ayudan en la alimentación de las personas y también a la gastronomía?

R:  Creo que es el único canal que la gente escucha. De lo que sabía la gente a lo que sabe ahora con programas como este y otros, hemos aprendido todos mucho. La nutrición es el 70% de nosotros y, en este caso, la TV ha ayudado.

P: Me gusta tu concepto de las “dietas pobres”: más sanas, con la grasa justa, el punto de cocción ideal y la sal mínima.

R: Hay que hacer historia y ver que se hacía en España antes de la guerra. Por ejemplo, antes se preparaba una olleta de legumbre, además a un precio bueno porque era de temporada, y se comía varios días lo mismo. Comer cada día algo diferente no tiene tanto sentido. Es todo mucho más fácil y además más barato. Y eso es lo que a veces resume una comida sana.

P: Para finalizar, solo una pequeña reflexión sobre el investigar en lo nuestro. En nuestros productos, en nuestras tradiciones, en nuestras vidas…

R: Prima el sentido común. Solo hay que rascar un poquito para encontrar grandes cosas. Estoy devolviendo a la sociedad cosas más trascendentales que tenemos en nuestra historia gastronómica para convertir lo excelente en habitual.