Contacté con Amparo a través de otra mujer, María Luisa. Y en este mes de marzo tan relacionado con la mujer, es un placer hablar de estas dos mujeres excepcionales, cada una en sus labores, lo que ya no nos remite a la famosa expresión degradante de «labores propias de su sexo», sino «labor» en el sentido ancho y abierto que tiene esa palabra latina: trabajo, cultivo. En el caso de María Luisa Molina, sus labores consisten en investigar enfermedades raras, impartir docencia universitaria, explicar a niños y mayores los secretos de las ciencias naturales en su entrañable Museo de Historia Natural, formar parte del mejor mundo cultural torrevejense a través de su «ars creatio». Y en el caso de Amparo Moreno Viudes, que es la mujer que hoy nos escribe, su labor es buscar, hablar, escribir, conservar un acervo inmaterial sin el cual el ser humano no lo sería: las palabras.

En la carta que me envía, ella se autodefine como «buscadora de palabras». Pero cuenta tan poco de sí misma, porque se centra en contar, de forma apasionada y generosa, lo que le ocupa, que me ha ocurrido algo inusual: he tenido que buscarla en internet, en las redes sociales. Y me la he encontrado. Amparo, licenciada en Geografía e Historia y doctora en Antropología Social, es investigadora, conferenciante y autora de libros y artículos. Se ha centrado en estudiar Torrevieja y su área. La avalan títulos como «Empresa y turismo en Torrevieja», «Relaciones económicas y sociales de producción de la pesca artesanal en Torrevieja», «Palabras de salinero»… 

De Facebook extraigo lo siguiente: «LAS PALABRAS DE LA MAR. HERENCIA Y PATRIMONIO DE LA COMUNIDAD DE PESCADORES DE TORREVIEJA». «Es responsabilidad, como ciudadanos, de asumir nuestra historia y para ello es necesaria conocerla. Las palabras de la mar son parte de la tradición oral que ha llegado a nosotros maltrecha…» Magnífica conferencia de la antropóloga Amparo Moreno en la edición XIII Torrevieja y el mar. (XIII Ciclo de Conferencias «Torrevieja y el mar» 2021).

En la revista digital «Ars Creatio» de Torrevieja encuentro un par de artículos: «Las palabras de la mar, oralidad y patrimonio en la comunidad de pescadores de Torrevieja». Revista Cultural Digital Ars Creatio, nº 64, 2021. Y «Palabra de salinero». Idem, nº 71, 2023.

En «Objetivo Torrevieja. Gaceta cultural e informativa», leo sobre la presentación de «Palabras de salinero» en las VI Jornadas Lagunas de Torrevieja y la Mata de 2023. De la extensa reseña me llamó la atención la siguiente frase: «La ponente mencionó las obras ya publicadas de las que tomó las primeras referencias antes de emprender su tarea.» Algo que parece obligado, pero que no todos hacen. Y sigue con el objetivo a conseguir: «Mostró su intención de acercar el lenguaje de los salineros, a quienes se atribuye una forma de pensar y hacer que conforma una idiosincrasia».

No me quiero alargar. Le paso la palabra, nunca mejor dicho, a Amparo.

Buenos días, Consuelo.

Aprovecho tu amable invitación a este espacio virtual de escrituras y mujeres para presentarme y añadir otra variedad: escritura sobre las palabras. En ellas centro mi interés porque además de su necesaria utilidad para contar historias, muchas tienen también la suya propia.

Podría ser una especie de buscadora de palabras. De palabras antiguas, de palabras que ya no se usan o se dicen en ambientes apartados, clandestinos a veces, para que no suenen mal, para que no estigmaticen con el aura de las palabras viejas de pueblo. Busco palabras de aquí mismo, de Torrevieja. De este lugar que ha devenido en distinto haciéndose semejante a tantos otros por esas cosas del turismo.

Las busco en boca de mujeres sabias de criar y de fogones, creadoras y portadoras de cultura doméstica, expertas en trabajos duros y en economías donde el dinero es protagonista por su ausencia. En la experiencia de los hombres y los varios oficios que tienen que ver con la mar, con la sal y con la tierra como parte de un mismo ecosistema cultural.

Palabras. Tan importantes en la condición de ser humano. Las recojo a través de la oralidad, donde quizás se encuentran de forma más espontánea, más auténtica. Donde la palabra se viste de emociones y gestos que añaden significado y rezuman de las vidas de los que han sido pescadores, salineros. Quien se presta a la conversación abre su memoria y va dejando expresiones originales y endemismos que nos hablan de otras formas de entender y definir el mundo.

Es una tarea apasionante. Siempre inconclusa, siempre abierta a nuevos hallazgos. He tenido oportunidad de recoger parte del lenguaje de la desaparecida comunidad local de pescadores («Las palabras de la mar»), el de los trabajadores de la sal de Torrevieja y del llamado Campo de Salinas («Palabra de salinero») y, en colaboración con la profesora e investigadora Ana Meléndez, continúo ahora con el acervo de los excepcionales vinateros de La Mata.

El objetivo no es otro que completar la extinta trilogía cultural de un lugar que deja lo que ha sido para ofrecerse todo renovado a un nuevo ciclo de su historia. Y en ello estoy. Una discreta labor de arqueología que descubre nuevas palabras viejas rastreando memorias y recuerdos. Las ubico en su medio natural y humano e intento que, al menos, quede constancia de su huella.

Y en fin, me gustaría compartirlas con quienes ahora nos leen.

Un abrazo,

                                                                                         Amparo