Esta nueva sección pretende acercar al público lector las novedades literarias escritas por mujeres que se presentarán ellas mismas para darnos a conocer su perfil más personal y las motivaciones que las llevan a la escritura.

En marzo nos escribe la socióloga, narradora y novelista MARUJA MOYANO. Madrileña afincada en Alicante, mujer dinámica donde las haya, cultiva sobre todo el género de la narrativa de intriga en relato corto y novela, sin olvidar otras temáticas como la denuncia social de su primera obra, Makuba. Sus títulos muestran su versatilidad como prosista, avalada por un éxito creciente de público y crítica. Tras haber publicado en diversas editoriales, ha creado un sello propio: https://marujamoyano.com/ En esta web podemos acceder a todas sus publicaciones: Makuba, La cara oculta del corazón, Bajo el manto de la araña, Cien canciones para Amelia, Insomnio y su última novela (por el momento): ¿Quién mató a Paula Koch?

El Cantarano se ha hecho eco de su producción literaria como puede verse en los siguientes enlaces:

resenyas-recomendaciones-El-Cantarano-2020.pdf (elcantarano.com) (reseña de Cien canciones para Amalia, pp. 117-118)

Querida Consuelo:

Hablar de mí me resulta embarazoso, más que nada porque pienso que una misma no suele ser objetiva por mucho que lo intente; hablar de esos hijos míos que son los libros, paridos con esa mezcla entre dolor y satisfacción, ya es otra cosa, no porque sea más objetiva, que como madre de las criaturas no lo seré seguramente, pero al menos podré hablarte de lo que ha significado para mí darles a luz y descubrir lo que me han aportado y lo que yo misma he podido aportar a su interior, entre lo vivencial y lo ficticio.

Sabes que empecé a trabajar desde muy joven, pero siempre con el sueño de que, algún día, podría llegar a ser la escritora que siempre quise ser. La vida me dio la oportunidad de completar una formación académica siendo ya mayor, pero era algo que me debía a mí misma, no un reto, sino una deuda íntima y personal, así que me licencié en Sociología por la Universidad de Alicante cuando cumplí los 50 años. Necesitaba aprender mucho para aportar todo lo que podía a esa literatura que me empeñaba en ofrecer con la máxima calidad. No sé si lo conseguí en la medida de los objetivos marcados, lo cierto es que lo hice, conseguí escribir y publicar, pero sobre todo, lo mejor de todo, es que conseguí llegar al público lector y a empezar a ser valorada en algunos ámbitos de esta comunidad.

Sabes que me entusiasma el misterio, el thriller, la novela negra, y casi se puede decir que me he especializado en ese género que me atrae como un imán. Te preguntarás por qué, como yo misma me lo he preguntado. En realidad lo que me atrae más es escarbar en la complicada mente humana, capaz de lo más hermoso y de lo más ruin.

Me fascinó una novela hace muchos años: “El doctor Jekyll y mister Hyde”, de Robert Louis Stevenson. Me dejó muchas preguntas dentro acerca de lo que somos y de lo que podemos llegar a ser las personas, y tal vez el recuerdo latente de esa novela me ha perseguido siempre y continúo creando historias basadas en esa dicotomía entre el bien y el mal que cada ser humano llevamos grabado, posiblemente, en nuestro ADN.

Comencé con “Makuba”, una novela basada en hechos reales, tal vez la más cruda porque describe una realidad espantosa, unos hechos terribles capaces de estremecer al más fuerte, pero una realidad al fin. Más tarde “La cara oculta del corazón”, una serie de relatos, esta vez de ficción, pero que podrían encajarse en muchas de las vidas de personas cercanas o de nosotros mismos.

“Bajo el manto de la araña” fue mi primera novela negra, una historia que también podría formar parte de esas crónicas que inundan las páginas de los periódicos y que son, desgraciadamente, nuestro pan de cada día; “Cien canciones para Amelia” quise que fuera diferente, sin sangre, pero no ausente de tragedia, de amor y de dolor, un canto a la memoria de todos esos miles de personas desaparecidas y de las que nadie volvió a saber; “Insomnio”, un pequeño espacio de relax, relatos que juegan con el morbo de lo desconocido, con esos miedos internos y nunca del todo justificados; y por último, “¿Quién mató a Paula Koch?”, un thriller que trata de engañar al lector hasta el último momento para mostrarle como sorpresa final aquello que solemos llamar “justicia poética”.

Pero en realidad, con todas estas historias, trato de llamar la atención sobre ese Jekyll y ese Hyde que cada cual llevamos dentro.

Te mando un sentido abrazo.                                                                                                                                                                                      Maruja Moyano