La piel está pasada de moda. La presión social por los derechos de los animales y la conciencia de los nuevos consumidores del lujo ha provocado que numerosas firmas descarten su uso para centrarse en la inversión e investigación de nuevos materiales y tejidos.

Durante los años 80 la peletería era sinónimo de lujo y sofisticación propio de un estatus social elevado, reservado únicamente a princesas, aristócratas, estrellas de cine y damas de sociedad. A principios de los 90, Anna Wintour decidió incluir prendas de piel en Vogue democratizando así su uso para la mujer trabajadora y moderna.

La respuesta en contra no se hizo esperar cuando en 1994 Calvin Klein rechazó de pleno las pieles y las tops del momento, Christy y Naomi, protagonizaron una campaña para PETA bajo el lema: “Prefiero ir desnuda que llevar pieles”. También Pamela Anderson se posicionó diciendo que Anna animaba a los jóvenes diseñadores y modelos a que usaran y llevaran pieles. Actualmente sigue apareciendo, en concreto en el número de septiembre, una editorial dedicada exclusivamente a la peletería y además la editora sigue siendo fuertemente criticada por grupos ecologistas e increpada a la entrada de los desfiles.

Con el cambio de milenio los diseñadores neoyorquinos Ralph Lauren y Tommy Hilfiger negaron las pieles y quince años después Giorgio Armani hizo lo mismo, siendo el primer miembro oficial de la Alta Costura en decir no. Recientemente la casa de costura Jean Paul Gaultier se ha sumado a dicho rechazo, además de Gucci, Michael Kors famoso por sus abrigos de zorro y Diane Von Furstenberg, especificando que tampoco usarán pieles exóticas, mohair y angora.

La creadora del punk, Vivienne Westwood, pionera en la lucha medioambiental y en ofrecer una visión única de la moda ha sido y sigue siendo clara al respecto. Stella McCartney de igual manera cuando fundó su marca explicó: “Si me quieren, saben que no habrá pieles”.

En septiembre Versace y Burberry comunicaban la misma decisión. Tom Ford, recientemente convertido al veganismo, descarta la peletería y se compromete al uso de los curtidos únicamente de subproductos alimenticios ofreciendo así una respuesta que pretende conciliar a admiradores y detractores al tratar de manera sostenible el consumo de piel en moda.

Por otro lado, tenemos firmas que como Fendi incluye una línea de alta costura peletera que pretende ser menos prominente que su línea de prêt-à-porter. Prada, en el mismo sentido, se ha comprometido en hacer menos visible en sus campaña las prendas de piel pero, todavía no ha declinado su uso por completo. Palomo Spain, firma joven y creadora de un nuevo concepto de masculinidad que encaja con una acertada visión de modernidad con prendas de inspiración folclórica y nostálgica ha presentado su primera línea de bolsos fabricados en Ubrique con piel de gacela y colas de zorro a modo de llavero.

Grandes nombres como Dior, Chanel, YSL, Louis Vuitton, Alexander McQueen, Hermès, Oscar de la Renta o Roberto Cavalli, entre otras, siguen usando pieles y no se han pronunciado al respecto. Aunque en particular Chanel, coincidiendo con la presentacion de su colección Metiers d’arts en Nueva York, anuncia su renuncia al uso de pieles exóticas: serpiente, cocodrilo y lagarto.

La complejidad que da la peletería en cuanto a diseño y confección requiere de profesionales especializados, lo que finalmente se traduce en un número limitado de piezas a un alto precio. Y aunque sigue habiendo demanda, las firmas están trabajando en el desarrollo de fibras de poliuretano y la poliamida, como los abrigos de Margiela, para diseñar nuevas prendas que no pretenden imitar las pieles sino crear tejidos alternativos y redefinir conceptos, dejando atrás el pasado para apostar por un cambio basado en la empatía, respeto y responsabilidad social y animal.