Vicente Rodes Aries (Alicante 1783 – Barcelona 1858) es uno de los artistas de mayor calidad y producción retratística de la primera mitad del siglo XIX. No obstante, hasta ahora el conocimiento de su obra había quedado restringido a las escuetas citas en los diccionarios de pintores, a estudios ya centenarios -como el cual le dedicó Carlos Pirozzini en 1891 o el artículo de Mauricio Serrahima en el Boletín de los Museos de Arte de Barcelona de 1935- o a un escaso número de coleccionistas que atesoran sus pasteles, óleos y dibujos. Su obra no se había visto más que en contadísimas muestras  realizadas a caballo entre los siglos XIX y XX, y la única muestra monográfica de entidad se debió a la iniciativa de su nieto, Fidel de Moragas y Rodes, en 1926 a Valls. En este sentido hay que resaltar, por lo tanto, que un elevado número de las obras que forman parte de este proyecto son inéditas al público.

Rodes inició su formación en la Escuela de Dibujo del Consulado de Mar, de Alicante, para ingresar posteriormente en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos de Valencia, donde finalizó su etapa de aprendizaje. Precisamente en Valencia fue nombrado académico supernumerario y de mérito en 1815 y 1818, respectivamente. La calidad de sus retratos al pastel lo llevaron a Barcelona, alrededor del año 1820, ciudad donde permaneció hasta su defunción en 1858. En la ciudad condal consiguió la fama al convertirse en uno de los retratistas preferidos por el alta sociedad catalana y en director de la Escuela de Nobles Artes, o Escuela de la Llotja de Barcelona en 1840, institución que dependía de la Junta de Comercio de esta ciudad y de la cual se segregaría el 1850 para integrarse en la Real Academia Catalana de Sant Jordi, creada el 1849.

Vicente Rodes trabajó diferentes técnicas y géneros con maestría y una calidad enorme, y especialmente en el retrato que se erige sobre todos los otros como el género más representativo de su producción. Su obra se encuentra dispersa por diferentes museos y colecciones privadas, hecho por el cual se hacía necesaria una muestra que sirviera para reunir un conjunto de piezas representativo de la trayectoria del autor alicantino.
Esta exposición se organiza por bloques expositivos relacionados con las diferentes etapas de la vida y de la obra de nuestro pintor. Empieza con una primera parte relacionada con sus etapas iniciales  de formación y la de juventud, que es la más desconocida, para continuar con un segundo bloque que incluye la obra de un Rodes maduro, en la cual ya ha logrado el reconocimiento del ámbito académico y de la sociedad de la época.
Finalmente, en este proyecto, organizado por el Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana y Comisariado por Sergio Pascual y Pilar Tébar, participan una serie de prestigiosos y Comisariado por Sergio Pascual y Pilar Tébar museos e instituciones públicas, como el Museo Nacional de Arte de Cataluña, que ha colaborado muy especialmente y estrechamente, la Real Academia Catalana de Bellas artes de Sant Jordi de Barcelona, el Museo de Valls, la Real Academia de Bellas artes de San Carlos y el Museo de Bellas artes de Valencia, la Diputación de Alicante, a través del Museo de Bellas artes Gravina, el Ayuntamiento de Alicante, el IES Jorge Juan de Alicante, el Museo del Romanticismo, la Real Academia de la Historia, el Museo del Ejército, la colección del duque de Bailén, y una serie de obras que proceden de colecciones particulares.

FORMACIÓN EN ALICANTE Y VALENCIA 1798-1820
Nacido en Alicante el 1783, la precocidad artística del pintor pronto lo llevó a entrar como alumno en el Real Consulado de Mar, donde se formó en las clases de dibujo de Vicente Suárez Ordóñez. Los progresos en el aprendizaje le permitieran obtener una beca del mismo Consulado porque continuara los estudios en Valencia. En la ciudad del Turia, completó los estudios el 1818 con la obtención del título de académico de mérito por la pintura. Además, en este periodo, entre 1807 y 1820, conformó una personalidad pictórica en la cual son perceptibles rasgos de maestros como Vicente López o Vicente Castelló y Amat, pero ya empezó a mostrar unos valores propios, sobre todo en el retrato.

LOS PRIMEROS AÑOS A BARCELONA 1820-1834
El prestigio ganado como retratista en Valencia le abrió nuevas posibilidades. Así, el 1820 se instala definitivamente a Barcelona. Entre 1821 y 1834, y después de una tentativa ingresa en la Escuela de Nobles Artes el 1821 y se convirtió en un retratista imprescindible de la pujante burguesía barcelonesa. Anatomía, gestualidad, expresión de los rostros y tratamiento de los tejidos evidencian no solamente su valía como dibujante, sino también su interés por la indagación sobre la naturaleza de las diferentes materias, el complaciente orgullo burgués de los retratados y la introspección psicológica de los personajes.
LOS AÑOS DE MADUREZ 1834-1858
La incorporación a la Escuela de Nobles Artes de la Junta de Comercio barcelonesa, el 1834, con el cuadro Abraham, a propuesta de Sara, su esposa, toma por mujer también su sierva Agar, pero sin ningún proceso de selección evidencia el reconocimiento y el estatus de los cuales disfrutaba entre los círculos artísticos oficiales de la ciudad. La vinculación en la Escuela de la Llotja, primero como profesor de pintura  al óleo, y como director general, a partir del 1840, se prolongará más tarde, cuando se integrará en la Real Academia  Catalana de Bellas artes de Sant Jordi en 1849. En este periodo compatibilizará su labor docente, tan grata para él, con la vertiente como retratista, pero el interés por otras técnicas artísticas lo condujo a la litografía y a la daguerrotipia, sobre todo desde el 1842. El 1858, con 75 años, murió de una lesión cardíaca, a Barcelona.

La Exposición se podrà visitar hasta el 8 de septiembre en el Consorci de Museus de la Comunitat Valenciana en el Centre del Carme de Valencia.