Visita enclavada en la Ruta y Sendero del Palmeral PR-CV 439, el Hort dels Pontos forma parte del Palmeral Histórico de Elche, declarado Patrimonio Mundial de la UNESCO (Cam. Almazara, 5 Elche) 

La casa

Es la casa de huerto tradicional más antigua de la ciudad. La construcción, erigida en 1900, representa un ejemplar de la típica vivienda rural que proliferaba en la zona de Elche. Se trata de una casa de campo unifamiliar con raíces en las antiguas alquerías árabes, con una historia ligada a las labores agrícolas, especialmente al cultivo tradicional de palmeras.

El uso de materiales autóctonos, como la piedra caliza, la arenisca, el adobe, el yeso, el barro, y las vigas de madera de olivo, palmera y cañizo, contribuye a la autenticidad de la construcción. Su distribución sigue el patrón clásico de las viviendas rurales de Elche, con una estructura rectangular y un patio central que divide la zona frontal, destinada a la residencia, de la parte trasera, diseñada para albergar establos y almacenes, entre otros. La fachada principal, notable por su extensa porchada cubierta, es una característica distintiva de la casa.

En términos de dimensiones, la superficie total de la vivienda es de 366,24 m2.

El acceso principal, a través del porche sur, da la bienvenida a los visitantes, ofreciendo una experiencia inmersiva desde el principio. Además, se ha habilitado un acceso alternativo en este porche para mayor comodidad. La conexión a la planta primera se establece a través de una escalera en el segundo patio, brindando una transición armoniosa entre los niveles.

La planta baja alberga cuatro estancias que recrean con mobiliario de la época del fondo del Museo de Puçol, un dormitorio, un despacho, una sala de estar o comedor y una cocina hogar. Además, un amasador o «pastaor» donde se amasaba el pan, con la pastera, la carnera y elementos propios de la cocina. Desde allí se accede a un pequeño patio que comunica con el exterior. En esta misma planta se encuentra la cuadra en la que destaca el carro, las carretillas y demás enseres propios del trabajo en el huerto.

En el edificio anexo, se encuentra una estancia en la que se puede almacenar la palma blanca.

El carácter distintivo de estas residencias se concentra especialmente en su fachada, destacando la porchada, como elemento emblemático. Diseñada originalmente para resguardar la entrada principal de los vientos y el calor veraniego, esta área era esencial en la vida cotidiana de la casa, desempeñando un papel crucial, como espacio de almacenamiento para el carro y herramientas agrícolas, así como lugar para secar cosechas protegidas de la lluvia.

Además de su función práctica, la porchada también servía como un espacio multifuncional, utilizado para comidas, convivencia, esparcimiento, lavado y costura. Dadas las elevadas temperaturas de la región, se transformaba en el epicentro de la convivencia durante la mayor parte del año, siendo tratada con el mismo cuidado y atención que cualquier otra habitación de la casa.

Tradicionalmente, la orientación  apuntaba hacia el mediodía y se posicionaba en la fachada del edificio. Se cerraba en la ala Oeste para evitar la entrada del viento de poniente, extendiéndose hasta aproximadamente un tercio de la fachada principal. Dos aberturas rectangulares permitían una suave corriente de aire, una más grande en el frente y otra más pequeña en el ala Oeste, la cual se cubría con palmas durante el invierno.

Horarios de visita

De martes a domingos de 10:00 a 14:00 horas.