La cultura forma parte o tiene la responsabilidad del reequilibrio en un modelo de convivencia socio-económica ciudadana más justo y mejor compartido y donde los medios y recursos culturales tienen que estar en el pelotón de la transformación, porque es creación. Porque es ocio gratificante, porque es aprendizaje social, porque tiene un peso cualitativo de gran envergadura para la convivencia y avances humanos. Y dado que las justicia debe servir a los hechos, en este caso, la cultura se debe de convertir también en el «Bastión de la Economía del Bien Común« como escribía mi buen amigo Prudencio López, coordinador del Campo de Energía de la Economía del B. C. en Alicante
Permanente, revisable y con identidad
Es permanente y también revisable permanentemente porque debe de dejar de repetirse algunas cosas negativas de la situación actual y porque debemos estar alertas en supuestos de excepcional gravedad que interrumpan la dinámica cultural que es bien acogida por la ciudadanía.
Tendríamos que haber hecho un mapa, para recoger la polifonía decíamos hace unos meses que parecen ya años, para vernos donde estamos y que nos vea la ciudadanía a golpe de vista, sin grandes jeroglíficos. Un mapa para llevarlo en el bolsillo y generar rutas, o mucho movimiento de ciudad que la transforma la ciudadanía y también los-as artistas y gestores culturales y los nuevos puntos de referencia que son los nodos culturales. Y es poco entendible que llevemos, en esto, como dos meses de retraso, al menos de lo escrito en las webs públicas y por haber sido contado casi exactamente así. Pero no tenemos prisa, esperaremos, lo que tenemos es ganas de sumar y eso también es una fase de autoaprendizaje quienes estamos.
Más allá de Hubs creados desde los centros múltiples de la ciudad-capital de Madrid y que parece ser que pueden ser un referente y a veces son también solo puro marketing y lo digo solo con conocimiento de causa. Más allá de esas iniciativas tan lúcidas aparentemente, en el fondo son otra cosa en el contexto de la respiración de la ciudadanía de Alicante, y eso es casi seguro. Aquí no tenemos ARCOS, ni flechas, aquí en cambio podemos tener hasta 10 exposiciones temporales de arte en varios espacios públicos y muchos privados que apuestan y comparten sus propuestas de difusión y promoción de artistas del entorno. Es otra cosa, claro. Y me gusta, mucho.
Teatro, Cine y Literatura, Hoy
El público de aquí se divide entre las personas que se pueden permitir, y mola, invertir una media de casi 25 euros que ha sido el precio medio de los espectáculos en Patio y Butaca Club del Teatro Principal de Alicante en marzo pero también los que van un día al estreno de la obra «Caminos Rotos» del grupo Romis impulsado desde Arkerando, con mucha fuerza femenina, en el Centro Social Gastón Castelló que relata la historia de un Pueblo, itinerante, del pueblo gitano que, decían, ansía la libertad. Independientemente de los precios o de los costes en el teatro importa todo y no vale todo. Ahora valen las propuestas atrevidas y serias como las de La Sala Itinerante que a precio que oscila entre los 6 ó 8 euros tienes teatro de compañías que vienen a trabajar a la ciudad su escena y no solo a la playa, que también.
En el cine pasa casi lo mismo. En los estrenos semanales, sin apenas matinales que suelen ser un poco más económicas, tenemos un precio medio de 7.85 € de los más caros del país, según FACUA Consumidores en Acción, más las palomitas dichosas y refrescos de siempre. Pero claro, simultáneamente, donde hay ilusión y compromiso. Espacios de Alicante como el Freaks Arts Bar-Gallery durante este marzo va y diseña un ciclo de cine de Alicante donde se presentan títulos de producción propia de aquí como Nueve Bares, La Entrevista, El Arca de Noé o Tabarka junto a tertulia con sus directores al precio de 1/3 de cerveza y con todos este plus. Esto es compromiso con la cultura además de un negocio. Hacer muy accesible las propuestas de creación a todos y a todas.
La literatura, que no se encuentra en horas bajas, si no reconsiderándose en el mercado de los-as lectores-as donde existe nuevas vías y canales. Alicante acoge, por ejemplo, varios festivales poéticos además de múltiples espacios privados que le dan al verso como por ejemplo, y cito solo uno, El Refugio con plato semanal. Y luego va la gente a las librerías de siempre o a las de ahora, valen todas, a comprar los libros o pinchan la dirección web para leerlo en la red desde el móvil. Lo nuevo ya estaba aquí desde hace algunos años, ahora ya es más evidente.
Las víctimas, que son artistas y público, incluso están en el lugar de los hechos. Como decía Katherine Muñoz, en su columna de LOBLANC, KATO-COOL-TURA, con su artículo Las Invisibles que «somos cada uno de nosotros-as. Los-as Artistas, los-as amantes de las Artes, los-as habitantes de este país al que cantaba Cecilia en los años 70. Propiciar desde los ayuntamientos e instituciones por medio de la cesión de espacios donde artistas locales puedan desarrollar sus proyectos, obras, instalaciones y residir, es invertir en futuro y apostar por un cambio del modelo de políticas probadas ineficaces».
La cultura, como decía el guión de la obra La Niña Barro: «No sabe cómo dejar de pensar / desgarrándose la cara / con la palma abierta y tensa…»
Comentarios