El Servicio Municipal de Arqueología del Museo de Villena inició el lunes la XII campaña de excavaciones en el yacimiento Romano de Casas del Campo. Como cada verano desde 2007, se prosigue con el proyecto de investigación sobre el poblamiento antiguo en la comarca, financiado por el Ayuntamiento de Villena y respaldado por la Concejalía de Cultura.

Según ha informado Luz Pérez Amorós, codirectora de los trabajos, en el transcurso de las sucesivas temporadas se han descubierto interesantes espacios domésticos e industriales que informan sobre las distintas facetas de la vida cotidiana de los pobladores de nuestras tierras entre el siglo II antes de nuestra era hasta los primeros siglos medievales. La aglomeración de Casas del Campo en su época de esplendor resultó ser un espacio sugerente para el establecimiento de iberos y romanos, siglos antes de que Villena cuajara como núcleo urbano.

Este yacimiento se enmarca en la época Imperial Romana y por las averiguaciones realizadas, el lugar presentaba una serie de circunstancias favorables para su colonización. La más importante fue la vecina presencia de la Vía Augusta, la gran arteria de comunicación Romana en su camino hacia la Ciudad de Ilici (Elche), procedente de Saetabi (Xàtiva).

Otro de los atractivos sin duda fue el agua. Aunque en la actualidad el acusado descenso del nivel freático impide vislumbrar el líquido elemento, el caserío Romano de Casas del Campo contó con numerosos manaderos a su disposición. De hecho, perduran aún en los alrededores algún ojal de agua dulce que aflora en los períodos lluviosos. Hasta la fecha la piqueta ha puesto al descubierto como restos más elocuentes unos baños calefactados, que, aunque bastante desvirtuados por el arrasamiento agrícola, muestran un lugar de recreo y descanso anexo a una villa o zona residencial, aún sin localizar.

Por otro lado, también se exhumó un excepcional pozo artesiano en mampostería, sin duda relacionado con el establecimiento acuático. El vaciado de su relleno proporcionó un abanico de interesantes materiales de la época imperial. Destacan monedas, unos ganchos de la garrucha para el trasiego de la aguada, así como vasijas de abrevar animales.

Otros hallazgos cercanos fueron los vertederos de animales de tiro, donde se descubrieron varios ejemplares de esqueletos de caballos. En la actualidad este conjunto de equinos, por su número y estado de conservación se le considera como unos de los más prometedores de la Comunidad Valenciana.
En lo que respecta a los espacios industriales y agropecuarios, hay que mencionar la existencia de fosas posiblemente relacionadas con el ancestral procesado de la oliva y el vino. Los objetivos que se ha marcado en esta edición el servicio de arqueología pasan por profundizar en el conocimiento de la parte más antigua de la Villa, un área donde en 2009 se sacó a la luz un modesto establecimiento íberorromano, datado hacia finales del siglo II aC. La estancia se halla bien datada gracias, entre otros al descubrimiento de un As o moneda republicana Romana de plata procedente de la ceca de Saetabi. Esta ciudad ejercía de auténtica capital en la cabecera del Vinalopó y zona de Moixent, donde se halla la fortificación de Les Alcuses. 

El interés de la construcción ibérica de Casas del Campo, radica en la explicación evolutiva indígena que puede proporcionar, ya que a priori parece constituir el embrión poblacional de aquello que se desarrollaría más tarde en época imperial, una vez fue desalojado el poblado de Salvatierra y otros tantos de la zona.

El equipo que realiza la presente campaña está formado por la arqueóloga Luz Pérez Amorós, a pie de obra y los técnicos David González Ferré, Miguel Ángel Martin Corrales, Javier Muñoz Torres, de la empresa Arpa y Josep Menargues Giménez del Servicio Municipal de Arqueología. La excavación se desarrollará durante las tres próximas semanas.