El Instituto Juan Gil-Albert promovió el pasado sábado 1 de octubre una nueva sesión del ciclo ‘Tastarte. Maridaje de vino y cultura alicantinos’ con la Ruta de la Cerveza Artesanal, que incluyó una cata de cuatro cervezas muy distintas y originales de Cervezas Althaia de Altea.
Esta sesión del ciclo se propuso un recorrido durante la mañana para conocer la experiencia de Maite y Jorge, ella profesional del mundo del vino y él experto en producción de cerveza doméstica. Todo nació, así lo cuentan, por una historia de amor entre ellos y de amor por la cerveza.
Fue una visita a las instalaciones: zona de elaboración, tostado, fermentación y embotellado donde nos contaron sus cifras: empezaron por 1500 litros al mes, hasta que en 2019 alcanzaron la cifra de 5000 litros donde hicieron un proyecto de Crowfunding hasta alcanzar en la actualidad una producción de 14000 litros aunque no les importa tanto la cantidad, que también, sino la calidad de su producto a través de sus 17 referencias que tienen en el mercado.
La Cerveza Artesana tiene las características de ser un producto natural sin filtro, ni pasteurización, ni uso de sulfitos. Su materia prima principal es la malta de cebada y a veces añaden otros cereales para mejorar… con tostados ligeros, malta caramelo hasta llegar incluso a las maltas chocolate o negra. En el caso de Cervezas Althaia al no existir una importante oferta de servicios adquieren la cebada británica y alemana y el lúpulo de EE.UU. siendo el producto más caro. Luego se le añade la levadura para su fermentación bajo dos modelos: las lager a baja temperatura y la ale a alta temperatura.
Respecto al envasado, confiesan que la lata es su mejor aliado porque protege al producto de la luz y eso es muy importante para no deteriorarlo. Consideran que para encontrar los matices es muy importante el uso de copa o vaso y que no esté gelificado. El estilo de la cerveza es lo que marcará posteriormente al servirse el grado de espuma de la misma.
Sector Cervezas
España ha generado más de 17 millones de litros de cerveza artesanal en 2020, según datos ofrecidos por la Asociación Española de Cerveceros Artesanos Independientes (AECAI). Respecto a cuota de producción, 1 de cada 200 cervezas que se fabrican en España es artesanal. Mientras que, por el lado del consumo, 1 de cada 100 cervezas que se beben proceden de microcerveceras independientes. España todavía está lejos en cuota de mercado respecto a sus países vecinos, que oscilan entre el 3-5%, hasta el 11% en Alemania.
Las microcerveceras españolas lanzaron 3.856 cervezas distintas. Es decir, al menos 9 tipos diferentes de cerveza por cada fábrica. Cabe subrayar el vínculo con la materia prima nacional, ya que el 36% de las fábricas ha empleado cereal local y el 45% ha aderezado con lúpulo español.
Cata
La cata que propusieron estuvo formada por la siguiente producción:
Heliodora. Cerveza con naranja sanguina, tipo achampañada, baja en alcohol
con poca espuma porque es ácida. Una cerveza estacional primavera-verano por ser muy fresca y pertenece a la línea de cerveza Ilustre, entre otras cosas, porque el envase está realizado por la ilustradora Matucha Cazares. Curiosamente Heliodora es el nombre de la dueña del bancal de donde compran las naranjas.
Mediterranean Marzen
Tostada, con maltas más tostadas con fermentación lager. Pertenece a la línea de cervezas Imprescindibles.
Mediterranean IPA. Una cerveza estilo IPA, claro, aunque americana por tanto más aromática y es la de que ha recibido un gran número de premios.
Cap Negret. Cerveza negra de cremosidad extra por el nitrógeno añadido. Suave y ligera de alcohol.
Han creado también la línea de las cervezas Irrepetibles. Cómo el propio nombre indica las Irrepetibles son una serie de cervezas que se van a elaborar de manera única y limitada. Cada una de estas cervezas se ha creado en colaboración con otras cerveceras artesanales del país. Compañeros de profesión, amigos con los que comparten su pasión por la producción de cervezas, siempre de manera artesanal y respetuosos con el proceso. Con esta nueva serie quieren animarnos a todos a disfrutar DE VERDAD de la cerveza, a apreciar el momento, los matices, los colores, sabores y olores. Solo vas a tener una oportunidad para probar cada una de ellas. Mil litros de momentos únicos para compartir.
En conclusión, fue una grata experiencia cultural y gastronómica que pudimos vivir gracias a esta iniciativa del Instituto Juan Gil-Albert.
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