El Institut Valencià de Conservació, Restauració e Insvestigació (IVCR+i) está analizando una talla de piedra de la época íbera depositada en el Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE). En colaboración con la institución ilicitana, se realizarán los análisis pertinentes para determinar los materiales y la policromía de una pieza hallada en la partida de Derramador del Camp d’Elx.

El resto arqueológico, que es una escultura de una calidad excepcional y refleja un trabajo artesanal minucioso y detallista, fue encontrado por Manuel Ibáñez mientras labraba su terreno en 2018. Se trata de un fragmento de 45×31 centímetros que pertenece a la cintura y glúteo derecho de un guerrero. Conserva una parte mínima del cinturón y sobre la túnica se observan protecciones discoidales y romboidales enlazadas por correas, indicando la jerarquía militar del personaje.

Ibáñez, como ha explicado en el MAHE ante la concejala de Cultura, Marga Antón; el director de Museos de Elche, Miguel Pérez; la subdirectora del IVCR+i, Gemma Contreras; y el sargento de la sección provincial del SEPRONA de la Guardia Civil, Eduardo Lozano; al sospechar del valor histórico de la pieza, lo puso inmediatamente en conocimiento del yacimiento de La Alcudia y del Instituto Armado.

“Agradecer a don Manuel que nos pusiera al corriente, porque al final, cada pieza que se halle cuenta una historia, y es necesario analizarla y estudiarla para contextualizar el valor de la misma”, ha señalado Antón, que ha pedido a la ciudadanía que, de toparse con fragmentos similares, “tengan la deferencia de comunicarlo al MAHE y al SEPRONA”.

En dicho sentido, el sargento Lozano ha recordado que, dentro de las atribuciones del SEPRONA, además de velar por el medioambiente, tiene como misión la conservación y protección del patrimonio histórico. “La Ley de Patrimonio Cultural Valenciano dispone que las piezas halladas se entreguen a las autoridades en 48 horas”, ha indicado. “En este caso, depositamos la pieza en el MAHE a disposición de la Conselleria de Cultura para su valoración y autenticación”.

“Es un fragmento labrado de gran interés arqueológico, de una altísima calidad, lo que nos habla de que, en el siglo V a.C., existía en La Alcudia un taller escultórico muy relevante”, ha valorado Pérez, que ha insistido: “No existe una pieza con esta misma calidad en otros guerreros conocidos hasta el momento”. Su identificación presentó cierta complejidad, aunque los especialistas que se acercaron al MAHE a estudiarla “no dudaron de su autenticidad”, ha recalcado. “A continuación, nos pusimos en contacto con el IVCR+i de la Conselleria de Cultura, porque muchas de estas piezas atesoran restos de policromía, lo que posibilitaría averiguar más información”.

Por su parte, Contreras ha reiterado la singularidad del hallazgo y el contexto en el que se dio. “Puede ser una línea muy interesante de investigación la policromía de estas esculturas. Siempre las imaginamos que son la piedra como se ven, pero la mayoría estaban policromadas”, ha dicho, poniendo en valor la invitación del MAHE para estudiarla, al ser uno de los objetivos del IVCR+i la investigación del patrimonio valenciano.

A partir de este martes, los análisis en el MAHE se van a centrar en el soporte pétreo y en determinar si existen restos de policromía que indiquen que la pieza estuviera decorada. Para ello, se van a utilizar técnicas de análisis no invasivas como la microscopía portátil que permite la observación de la superficie de la escultura con gran detalle y proporciona información sobre estado de conservación de la obra, y la fluorescencia de rayos X portátil proporciona información de tipo químico elemental in situ y sin tocar el objeto. Estos análisis iniciales permitirán obtener una primera aproximación a la escultura, que se irá completando conforme vayan avanzando las investigaciones sobre la obra.

Por otro lado, el estudio arqueológico de la pieza está siendo abordado por Teresa Chapa Brunet, Catedrática de la Universidad Complutense de Madrid, Raimon Graells i Fabregat, profesor-investigador Ramón y Cajal en la Universidad de Alicante y Miguel Pérez, director del MAHE.

El análisis global y conjunto de este valioso fragmento escultórico manifiesta la colaboración entre administraciones en el fomento del estudio del patrimonio y su difusión. Gracias a la colaboración ciudadana y desinteresada de Manuel Ibáñez y a la participación de todos los actores implicados, la investigación tiene desde hoy una nueva escultura para aproximarnos al conocimiento del mundo íbero.