“Fill de puta”, “borinot” y “moniato” son los tres insultos propios de la Comunitat Valenciana más utilizados, según un estudio liderado por María del Carmen Méndez Santos, profesora del Área de Lingüística de la Universidad de Alicante, y Jon Andoni Duñabeitia, director del Centro de Ciencia Cognitiva de la Facultad de Lenguas y Educación de la Universidad Nebrija.

Para este estudio se ha utilizado una muestra de 470 habitantes de la Comunitat Valenciana, cuyas respuestas sitúan en el “top 3” de los insultos más repetidos a “gilipollas”, “imbécil” y “cabrón/na”, que coinciden con los improperios más utilizados en todo el territorio nacional. Tal y como explica María del Carmen Méndez, se han detectado algunas diferencias entre hombres y mujeres, como por ejemplo que ellos utilicen con más frecuencia otros insultos como “payaso/sa”, mientras que “estúpido/a” es preferido por las mujeres. También han salido a la luz ciertas particularidades según los grupos de edad, como el hecho de que “gilipollas” es un vocablo más usado entre los jóvenes, mientras que los mayores prefieren “cabrón/na”.

La recogida de información se ha hecho a través de sencillos cuestionarios realizados a 3.000 personas en todo el Estado con la finalidad de detectar las palabras tabú. El estudio se enmarca en un proyecto internacional sobre el procesamiento de palabras emocionales, según explica la investigadora: “este tipo de palabras son las que tienen carga emocional –ya sea negativa o positiva–, las que nos provocan sentimientos. En el caso de los insultos esa carga emocional sería negativa, aunque en ocasiones se puede utilizar tanto para insultar como para alabar, todo dependerá del contexto”.

La investigación ha sacado también a la luz otros aspectos interesantes de la lengua en uso, como la creación de nuevas palabras, descubriendo así insultos que son un claro reflejo de los cambios sociales. Así, por ejemplo, tal y como destaca María del Carmen Méndez, ha aparecido frecuentemente “señoro”, un adjetivo derivado del feminismo que, de forma despectiva, se aplica a los señores maduros que tienen la pretensión de querer saberlo siempre todo y llevar la razón.