Fin de semana de Microteatro en Elche con emociones en vena

Tras la exitosa edición de «Microteatro en espacios públicos» el pasado verano en La Calahorra, dentro de la programación del III Festival Internacional de Teatro de Elche (FITELX), en esta ocasión será el Centro de Cultura Contemporánea L’Escorxador el que acogerá este fin de semana, del 16 al 18 de marzo, esta potente experiencia que se incluye dentro de las actividades de celebración del Día Mundial del Teatro el próximo 27 de marzo.

Se interpretaran 6 pases por sesión y día. Dando inicio estos pases el Viernes 16 a partir de las 20:00h, el sábado 17 a partir de las 18:00h y el Domingo 18 a partir de las 12:00h. En cada pase, de 15 min cada uno, los grupos serán de 25 personas. Las entradas estarán a la venta en la Taquilla del Gran Teatro y del L´Escorxador una hora antes del espectáculo. También estarán disponibles on line a través de Instanticket.

«Microteatro en espacios públicos» es una producción del CCC L’Escorxador y Festival Internacional de Teatro de Elche (FITELX), bajo la dirección de Ramón Perera.

Derribando los aspectos formales del teatro para llevarlos a los espacios públicos

El teatro es una experiencia irrepetible, en el sentido de que cada representación es absolutamente única. La relación especial que se establece entre los actores y el público está mediatizada por la presencia de ambos en el mismo espacio físico. En el teatro más tradicional existe la denominada cuarta pared, que separa a los artistas de los espectadores, y una cierta distancia de seguridad.

Todos estos aspectos formales saltan en mil pedazos cuando hablamos de «Microteatro en espacios públicos», porque se derriba la cuarta pared y la distancia se hace tan mínima que actores y público casi se pueden tocar, mirarse a los ojos, compartir calor,  respiración y sudoración. El carrusel de emociones se desata, y estas que oscilan arbitrariamente entre el drama y la comedia,  entran directamente en vena, como en una película de Tarantino.

Hemos conversado brevemente con su responsable último, el joven director sevillano Ramón Perera:

Pregunta: ¿Cómo surge esta idea del Microteatro en espacios públicos?

Respuesta: Tras acabar mis estudios de dirección teatral en el Instituto del Teatro de Sevilla monté mi propia compañía, con gente procedente de la Universidad y la Escuela de Arte Dramático. Unos años después monté un espectáculo titulado “Soy un vals” y lo representamos en el Festival Internacional de Girona (FITAG) en 2006, allí conocí a su director, Martí Peraferrer, quien nos invitó a participar en los años posteriores, unas veces actuando, otras como colaboradores.  Finalmente en 2012 Martí me propuso una cosa muy experimental, hacer piezas pequeñas en el Museo de Historia de Girona.

P: ¿Y funcionó?

R: Fue un pelotazo. El público veía el museo y a la vez se desplazaba por diversas salas para ver las diferentes propuestas. Al año siguiente repetimos en el Museo Judío, donde nació la idea de agrupar las piezas bajo una temática común, así que encargamos textos sobre el pueblo judío. Allí surgió la oportunidad de llevar esta experiencia a México, gracias a una compañía que vino a actuar a Girona, y montamos el Microteatro en Puebla, dentro del Festival Internacional de Teatro Susan Alexander (FITSA), donde llevamos cuatro años.

P: En Girona, Eva Latorre, la directora del Festival Internacional de Teatro de Elche (FITELX), ve la experiencia, le gusta, y te propone traerla a Elche.

R: Sí, en el verano de 2016 lo montamos en el Museo Arqueológico y de Historia de Elche (MAHE) y el año pasado en La Calahorra, y en marzo en el Escorxador.

P:  Siempre buscando la proximidad con los espectadores…

R: Sí, el público está acostumbrado a las representaciones tradicionales en un teatro a la italiana, con su formato de hora y media, con su presentación, nudo y desenlace, pero de repente se encuentran con esta experiencia diferente, que es una bocanada de aire fresco. Cada quince minutos la gente cambia de espacio, cambia de tema, cambia de actores…

P: En consonancia con los gustos del público actual, que pide cosas rápidas y breves…

R: Efectivamente, vivimos en la era de la inmediatez, y este tipo de teatro está más cerca de su modo de vida que el teatro tradicional, donde casi no les das tiempo de respirar o pensar. Y sobre todo, juegas con sus emociones constantemente, como una montaña rusa, de repente tienen que reír, de repente tienen que llorar…

P: ¿Qué supone para los espectadores y para los actores esa cercanía entre ambos?

R: A los espectadores les impresiona ver tan de cerca a los actores, porque saben que entonces no hay truco posible, que lo que está sucediendo es verdad. En cuanto a los actores, les aporta muchas tablas, el hecho de hacer seis u ocho pases seguidos durante tres o cuatro días  lo convierte en una masterclass de interpretación, porque significa que has tenido que dar lo máximo de ti 32 veces seguidas, pues debes acabar y volver a arrancar tras descansar apenas un minuto y medio.

P: ¿Qué temas va a encontrar el público que os vea este fin de semana en el Escorxador?

R: Temas universales como la familia, el amor, las relaciones entre hombres y mujeres, siempre desde una perspectiva crítica y provocadora, intentando mover a la reflexión, para que luego el espectador saque sus conclusiones. El teatro puede ser muy útil para visibilizar los problemas de la sociedad actual, hay que recuperar su capacidad para la denuncia, y alejarse del entretenimiento banal.

 

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