Cuando vas a la biblioteca de siempre hay cosas muy satisfactorias en ellas sobre todo si hallas el libro que buscas. Distintas pueden ser las motivaciones de encontrarlo pero si se consigue obtienes la primera satisfacción que simplemente es lograr leerlo. En mi caso, el libro, en la Biblioteca Azorín de Alicante, estaba en la zona de consulta pero afortunadamente se prestaba y descubrí además que ahora habían homogenizado un nuevo plazo de devolución que te daba un poco de más tranquilidad.
“Fahrenheit 451” es un libro que escribió Ray Bradbury, publicada en 1953 y fue considerada una de sus mejores obras. Presenta una sociedad estadounidense del futuro en la que los libros están prohibidos y existen bomberos que queman cualquiera que encuentren. En la escala de temperatura Fahrenheit (ºF) , 451 grados equivalente a 232,8 ºC, es la temperatura a la que el papel de los libros se inflama y arde.
El protagonista del relato es un bombero llamado Montag que acaba por cansarse de su rol como censurador de conocimiento, decide renunciar a su trabajo y eventualmente se une a un grupo de resistencia que se dedica a memorizar y compartir las mejores obras literarias del mundo.
La trama me gusta porque aparentemente se enfoca en el rol histórico que ha tenido la quema de libros para reprimir ideas disidentes que en la actualidad podría ser comparable a la aparición interesada de fuck news para reprimir también ideas verdaderas que resten a la ciudanía con fabulaciones, cuentos, ficciones y reescritura de la realidad.
“Es un placer quemar, mientras los libros, que aleteaban como palomas, morían en el porche del jardín de la casa”.
En esta historia los bomberos quemaban nuestras casas y nuestros libros… donde estaban grabados los títulos de un millón de libros que estaban prohibidos.
Finalmente, el bombero una noche pensó en los libros y comprendió que detrás de cada libro hay una persona. Una persona que tiene que pensarlo. Una persona que empleó mucho tiempo en llevarlo al papel. Y pensó que quizá sería mejor quemar a los bomberos.
Hasta aquí la trama me parece tremendamente interesante, aún no siendo reciente, pero es cierto que me parece que el autor pretende que los personajes asuman otros papeles quizá de menos trascendencia y pierde un cierto interés la lucha contra el gobierno o el poder, que arrambla contra la inteligencia y cultura de la gente. Pero claro, Ray Bradbury es el autor y no yo, pero, en cualquier caso, yo esta historia la hubiera tratado de forma más guerrera que no es el caso. El libro está bien, pero carece de un poco más de magia, para mi gusto.
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