El pasado domingo el ciclo Alicante Noir celebró una mesa redonda sobre Nuevos Talentos en el MACA con la participación de nuevos escritores como J.M. Ferri de Villena a partir de su obra “Jinetes de la Tormenta” y autores de Alicante como Luis Sala Miquel que presentó “Oda” y Altea Cantero autora de “Ogro” al que hoy en LOBLANC.info le dedicamos este artículo.

Altea Cantarero escribe desde que tiene memoria. Nació en el verano de Alicante, al albor de los años ochenta, hija de emigrantes manchegos. En la ciudad de la primavera creció, escribió y estudió hasta que, a la mayoría de edad, emigró a otro lugar de la península para continuar su formación universitaria.

Altea nunca ha dejado de regresar a su tierra cada solsticio, tanto como nunca ha dejado de escribir. Desde la niñez exploró de modo especial el campo de la poesía, que no ha abandonado nunca y en el que ha publicado alguna obra y merecido diversos galardones nacionales e internacionales.

Altea Cantarero es el nombre con el que esta mujer ha firmado su primera novela, Ogro, bajo estricto pseudónimo, tras décadas de publicar no ficción y escribir poemas con su “otro” nombre. Ogro, tanto como el propio alias “Altea Cantarero”, nace de las raíces –las intensas memorias familiares- y las alas –los vericuetos más truculentos de la imaginación.

Altea desea, por razones diversas, salvaguardar este anonimato. Lo que importa es la mano que escribe y, sobre todo, la historia que anhela ser leída…

Ogro ha sido reseñado en prensa internacional de alto impacto por el escritor y politólogo argentino Juan von Zeschau: Ogro: una puerta al noir español”. Este autor ha destacado diversos valores literarios cruciales en la obra. También el editor José Álvarez, de la Editorial Atlantis que estuvo interesada en la publicación de la novela, señala: “Ogro es una novela de intriga estupenda. Recuerda, desde luego, a las novelas clásicas de la gran autora inglesa Agatha Christie, pero es mucho más que eso. Es el espejo de una España que ya apenas existe y es, también, un afortunado grito de clamor por la justicia y la dignidad personal. Ogro es una novela cuya lectura merece mucho la pena: emociona, entretiene y convence. Ogro es una de esas novelas que cuesta trabajo dejar de leer una vez iniciada la lectura. Uno de esos libros que enganchan sobremanera; tanto el estilo narrativo como la propia estructura de la novela, nos hace pensar que ha sido este, y no otro, el principal objetivo de la autora: ofrecer un excelente divertimento a un público amplio. No por esto descuidando, ni mucho menos, las justas y correspondientes ambiciones artísticas y literarias. Cualquier página del manuscrito da buena muestra del talento que atesora”.

En Ogro la mayor parte de los personajes de la novela son mujeres: monjas y alumnas del Colegio Sagrado Corazón de la Dolorosa, en Cuenca. La obra ofrece una notable cantidad de personajes, todos creíbles en su particularidad; diferenciados, bien construidos. La autora ha compuesto un notable mosaico humano. Cuando se produce lo que parece ser un terrible crimen en el Colegio, la sociedad de lugar queda muy impactada. Los medios no pierden la oportunidad de hacer negocio. ¿Es posible que se trate de alguna clase de crimen ritual? ¿En Cuenca? Por si acaso, hablemos del ‘Ogro del Júcar’. Una novela poblada por mujeres, pero en la que la investigación del caso corresponderá a dos hombres: al inspector Cánovas y al subinspector Tuñón. Un caso que parece no tener explicación convincente y que absorberá por completo a Cánovas. Enseguida comprobará que nada es lo que parece; que nada puede afirmarse con rotundidad; que todo es resbaladizo y misterioso. ¿Qué diantres pasó en este colegio para llegar a asesinar a la madre Purificación? La obra toma la forma de la novela negra. Una gran investigación tiene lugar, y cada pista, cada revelación aturde tanto al lector como a los propios investigadores. La investigación no parece nunca dar frutos claros, incontrovertibles, definitivos, a pesar de dos inspectores que lo dan todo.

Altea Cantarero