¿Será cierto que estamos frente a una nueva generación neuronal? ¿Por qué lo afirmo? Si bien se critica a menudo a la generación de cristal de manera despectiva, ¿no es acaso nuestro futuro? ¿Por qué no exploramos lo que nos depara en lugar de despreciarlo?
Se dice que los niños actuales tienen baja tolerancia a la frustración, pero deberíamos llamarlo «mono», similar al término asociado con las drogas, pero con matices distintos. Estos niños anhelan constantemente «más» en términos de futuro, avances, rapidez y creatividad. Este deseo se relaciona con los estímulos, ya que han estado inmersos en la tecnología desde el vientre materno. ¿Por qué los médicos recomiendan reposos absolutos? Porque la madre proporciona estímulos constantes.
Estos niños llevan consigo un estímulo constante, no es un problema, es su forma de vida, su futuro. ¿Hacia dónde me dirijo con todo esto? A que necesitarán más estímulos, será como una droga, y a medida que crezcan, querrán más. La sociedad responderá proporcionando más, lo que generará generaciones futuras más productivas pero también más ansiosas y propensas a problemas mentales.
Es posible que surjan nuevas enfermedades mentales que ni siquiera podemos imaginar ahora. Puede que lleguemos al punto de tener centros de desintoxicación neurales. El futuro ya está aquí, impulsado por estos niños y sus estímulos. Cuanto más estímulo, mayor y más rápida será la evolución generacional, la ciencia y la tecnología. En resumen, la vida irá más rápido.
¿Cómo lograrlo? A través de la evolución humana y los avances tecnológicos y científicos, como los chips o las corrientes neuronales. Los chips rejuvenecedores ya se están utilizando, no solo con fines estéticos, sino quizás para resistir el ritmo de los estímulos neuronales existentes.
Las generaciones anteriores deben adaptarse a estas nuevas realidades. Cada vez toleramos menos estímulos y enfrentamos más problemas de salud mental. Necesitamos encontrar soluciones para no quedarnos atrás en la vida futura.
Lo negativo de todo esto es que este futuro se convertirá en una nueva droga. Habrá una creciente demanda de chips, reemplazando a los antiguos y compitiendo con la inteligencia artificial. Esto podría llevar a un desenlace catastrófico, como cánceres neuronales. Sin embargo, este futuro ya está aquí, y detenerlo o querer detenerlo puede ser tan difícil como detener un tren en marcha que sabes que descarrilará.
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