La semana de la alta costura es uno de los momentos más esperados en el mundo de la moda, donde las grandes casas hacen ostentación del poder tienen para el deleite de prensa, público en general y sobretodo de sus más preciadas clientas.
Julien Forunié para conmemorar su décimo aniversario como creador de alta costura presenta “Premier sortilège”, una colección con referencias cinematográficas de los años 50. En palabras del diseñador: “Las mujeres desde los albores del tiempo llevan sobre los hombros un hechizo. Como querían ser curanderas, controlar su embarazo y pensar de modo diferente fueron estigmatizadas como brujas. Mi trabajo es acompañar en sus destinos a aquellas mujeres que deciden cambiar sus vidas y darles un poco de magia”.
El propio diseñador explica: “Yo no hago que la moda sea tendencia, yo estoy al servicio de mis clientas para ayudarlas a definirse a través de mi ADN”. Y además cita a Chanel: “Cuando la ropa es demasiado boyante no se la ve, cuando la ropa es perfecta se ve a la mujer”. Esto se traduce en un trabajo pormenorizado de la silueta sin importar la morfología de la mujer en una serie de faldas con cintura alta, caída y vuelo. Una colección llena de romanticismo con transparencias, vestidos de tul nude con cola de sirena, capas multicolor sobre faldas con vuelo y el uso de telas con textura iridiscente. Las siluetas depuradas violeta y púrpura oscuro de seda otorgan a esta colección aires vampíricos como la gabardina con forro de latex y vestido a juego azul noche. Los detalles de los conjuntos son bolsos con asa de cadena, guantes y plumas sobre los hombros. Las figuras delicadas contrastan con la fuerza de la elegancia en una colección que mira a los orígenes en un equilibrio de sensualidad audaz y elegancia.
Giorgio Armani celebró sus 85 años y lleva a sus espaldas otros tantos como fundador de su firma homónima en 1975. Sigue siendo el propietario de la firma, la cual no forma parte de ningún grupo empresarial del lujo. En esta ocasión ha presentado un total de 82 looks en negro y tonos pastel bajo la premisa inmutable de: “Me gusta que mi estilo dé confianza a la mujer, pero que no determine su personalidad”.
Minimalismo, elegancia, feminidad y sofisticación son la inspiración de prendas cómodas de líneas rectas y estética sobria confeccionada con materiales selectos. La apariencia andrógina estriba en no resaltar especialmente las formas sino estilizar la figura haciendo énfasis en la verticalidad de los conjuntos. El colorido armonioso en negro incluye aplicaciones de pedrería e hilos metalizados. Las chaquetas esculturales combinadas con pantalones fluidos de corte recto y los vestidos de satén de seda rosa bordado con perlas y cristales con tul y lamé son de sublime apariencia. Los trajes y conjuntos de dos piezas se presentan bien en negro con detalles en blanco con estampado de rayas o lunares o combinados con chaquetas en rosa pastel. Incluye una serie de tops o cuerpos semitransparentes con un empleo magistral de las transparencias sin caer en el absurdo. El brillo de la seda se combina con el tono mate del tul dando lugar a abrigos largos, trajes y vestidos con volantes de color turquesa. Los vestidos de noche son de inspiración nupcial, con corte recto en blanco, rosa pálido y escote palabra de honor. El uso del microestampado con toques iridiscentes o colores pastel cubiertos de tul negro creando una superposición de colores y texturas son maravillas del diseño que solo un genio de la moda puede conseguir.
Maria Grazia explicó que ve la alta costura como un segundo hogar para sus clientas, porque se trata de una experiencia individual en la que la Maison Dior puede hacer los vestidos en cualquier color y tejido. “El cliente debe ser más consciente de lo que quiere para sí mismo. En el pasado, el director creativo definió la casa y llegaron los clientes. Ahora la alta costura es una experiencia en la que las clientas vienen a construir una experiencia única. Pueden decidir la forma y también el material”.
Por ello ha presentado una colección de negro riguroso en diferentes texturas y zapato plano. Las asimetrías, transparencias y superposiciones dibujan los escotes en una colección donde destacan sobre el negro algunos conjuntos en tonos satinados gris, marrón, rojo y beis. Además de una nueva formula de corsetería flexible que permite marcar la silueta sin incomodidad, de modo que la silueta femenina se construye de manera suave y fluida utilizando telas suaves, incluso transparentes y con movimiento sin restringir el cuerpo en faldas largas y cortas con mucho volumen, abrigos y vestidos de corte recto. Los conjuntos de dos piezas con pantalón crean siluetas depuradas con detalles de plumas negras y redecillas cubriendo el rostro. María reinterpreta acertadamente la cosmovisión del maestro con un enfoque de la elegancia irresoluble y propia de la alta costura y la comodidad impertante en la actualidad.
Virginie Viard ha introducido estratégicamente en Chanel toques andróginos, más colorido, más vestidos con vuelo y en definitiva más romanticisimo. Abre la colección con abrigos largos con botones grandes y forro blanco con zapato masculino de cuero negro. El traje sastre aparece en colores como el magenta y las mangas de las chaquetas son de estilo bomber.
Un nuevo minimalismo incluso en la alta costura Chanel se hace patente en la ausencia de accesorios, volantes, encaje y pedrería y una tendencia rectilínea de los diseños como los trajes con pantalón de corte recto en azul oscuro, borgoña o en estampado Príncipe de Gales. El desfile inspirado en una gran biblioteca representa a la joven Cocó ávida de conocimiento en la que se introducen gafas de vista. El pijama sale a la calle combinado con zapatos bicolor como una prenda para llevar tanto de día como de noche. El homenaje a Karl tiene su lugar con siluetas en negro con pajarita y detalles camiseros en cuellos y mangas.
Los vestidos largos de noche son vaporosos en color lavanda, rosa y púrpura con escote anudados al cuello y espaldas desnudas. Los detalles de botones, lazos y cinturones son el toque romántico en una colección que nos transporta silenciosamente a un nuevo concepto de sobriedad Chanel.
Alfombras rojas a parte, influencers e incluso musas, a excepción de la radiante Celine Dion, esta alta costura de invierno ha tenido como protagonista el trabajo de diseño y confección en los talleres que se pone al servicio de las clientas que en definitiva son las que realmente importan porque las demás visten de prestado.
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