“Mi cuerpo se sacude desde su centro / como la tierra y sus placas tectónicas; / como si cada célula sufriera un leve sismo. / Y al tacto de mi mano con el lápiz, con esta realidad, / el tiempo sufrirá un incidente, / y la idea germinará como el espeleólogo / que emerge de la caverna encefálica, / y la neurona evolucionará del poema al acto”.
Sihara Nuño (México, 1986) es poeta, aforista y librera. Tiene un máster en Investigación y es estudiosa de las cosas minúsculas. Aparece en las antologías: Maternidades, Para una teoría del aforismo, 11 Aforistas a contrapié, Espigas en la era y Del cántaro a la fuente. Colaboradora en periódicos y revistas digitales, ha realizado diversos talleres y ha participado en varios festivales internacionales. Trabaja en la búsqueda constante de la divulgación poética y la socialización de la ciencia. Sus últimos libros publicados han sido: Solo el ruido, Cerdo con monóculo, Anatomía, Enormidad, Hipopotomonstrosequipedaliofobia, La casa que nos habita, Los cerdos también sonríen y La filtración de la luz.
En La filtración de la luz (Chamán, 2022)la poesía y la ciencia se dan la mano ante la relatividad de los grandes temas universales, ante la incertidumbre del origen y el desarme trascendente del tiempo. Todas las dudas de la existencia parten desde la conciencia de lo físico, desde la evidencia científica que surge de la duda y avanza hacia el descubrimiento.
“Así es como la luz fragmentada / al atravesar el prisma / desdobla su belleza. / Pleonasmo: energía [poesía] en movimiento, / transformación de la materia. / Hipérbole cósmica: el núcleo de todas las cosas. / De la energía solar / a la energía de la fotosíntesis, / a la electricidad de la sinapsis, / a la energía de las ondas sonoras de mi voz, / a la energía mecánica que mueve mi mano, / para sujetar el lápiz / y unir los fermiones”.
Es en la variable espacio-tiempo donde se perciben distintas realidades: concepciones y comprensiones de la vida que arañan a la poeta y la unen a lo personal y a lo colectivo. La transformación de la energía mueve las palabras y desemboca en el pensamiento, en la incertidumbre y en la emoción. Nace así una poética que brota de la duda y de la incomprensión.
“No todos los principios/ son armónicos. // El instinto primitivo de supervivencia / y el instinto superlativo de ignorancia / conducen la realidad / a un punto de inflexión. // No, no he querido escribir eso, / me he equivocado en el enunciado. // ‘El ser humano + la realidad aparente= / el color de la gran mancha de Júpiter’”.
Quizá en el intento de aproximarse a lo real surge el poema. El acto de nombrar, de la escritura, está vinculado al misterio de la percepción. De esta manera aparece la dicotomía entre los mundos oníricos y subjetivos y la objetividad del lenguaje científico o matemático; un enfrentamiento entre la precisión y el existir.
“El fuego. / La piedra. / La astilla del tronco bajo la piel. / Las manos de Curie, corroídas por Ra 88. / La ciencia y la poesía. / Las heridas de los otros pueden salvarnos. // La invisibilidad de otros pueden salvarnos”.
La naturaleza y su belleza nos llevan a los orígenes, al fuego primigenio que abriga la creación del cosmos y completan el todo, pero también la nada. Mediante el fenómeno de la fragmentación de la luz llegamos al centro de todas las preguntas, a la desazón y a la angustia de sabernos parte de cada revelación:
“Astronomía antes que física: / Aristóteles, / Ptolomeo, / Hipatia, / Copérnico, / Kepler, / Galileo, / Newton… / Hipótesis, observación, cálculo. // El centro está en todas partes. / No hay tortugas infinitas, / no son círculos ni elipses. // El universo está en todas partes. / Nosotros somos todas las partes, / pero no somos las únicas. // Partes de un mismo fenómeno. / Fragmento de una luz, / luz que es poema”.
Sihara Nuño nos plantea en este libro, tal y como dice Gustavo Ariel Schwartz en su epílogo, “un interesante juego intertextual con el libro Seis piezas fáciles, de Richard P. Feynman”. La poeta enlaza la física y otras ciencias tales como la biología o la química con la “explosión poética, descompresión del poema. La composición casi cuántica del verso, casi atómica, poco poética; / casi cuántica, a veces cáustica”. Un libro guiado por la intuición y que da la mano a la ciencia para poder sorprendernos y hacernos volar como un pájaro sobre la hermosura de la poesía y la relatividad de todo aquello que nos hace humanos. Como dice en el poema titulado “La relatividad para el poeta”: “Nunca. / Siempre. / Belleza. / Muerte. / El tiempo, claro, el tiempo”. Dudemos, leamos.
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