La cultura, también en Alicante
Alicante y provincia siempre han contado con abundancia de espíritus creadores y amantes de la cultura, aunque nos cueste creerlo muchos todavía están por redescubrir y valorar debidamente, de ahí lo importante que es ver aparecer nuevos medios que dirigen su mirada a la cultura, la misma de la que todos hablamos y no siempre somos conscientes del alcance de este término que define tantas cosas; porque cultura es todo y a la vez un territorio que se nos antoja a veces habitado por unos pocos y con unos códigos que pueden parecer ajenos y hasta producir un relativo miedo, desazón o abiertamente desinterés.
No pensamos habitualmente en las sensaciones variadas y opuestas que tienen distintas personas, distintas edades, distintas procedencias, al oír hablar de cultura. Si preguntáramos a múltiples viandantes que nos cruzamos a diario, ¿cultura es la cultura gastronómica, la derivada de tradiciones, la identitaria de pertenencia a una región o país o etnia? ¿Cultura es la lectura no siempre fácil, un espectáculo de danza que nos sobrepasa, un poema recitado que no aprehenderemos, un vestido que nos habla de pura arquitectura y no lo sabemos, una película extraña por descifrar? Evidentemente sí, que lo vivamos plenamente y conformemos las conexiones a establecer con el conjunto de las artes y el conocimiento, atañe a la educación y también a una responsabilidad individual y conjunta.
De unos años a esta parte la ciudad de Alicante vive una cierta eclosión cultural, un hecho que no es algo enteramente novedoso porque la ha vivido también en otros momentos. Demasiado poco recordamos que estas mismas calles que vemos las han recorrido otras vidas más o menos ilustres, al tiempo que pensaban igualmente en la vida y cultura de su momento (entre los ilustres ya sabréis que contamos con muchos nombres sonoros, con mucho peso: Miguel Hernández, Gabriel Miró, Eusebio Sempere, Juan Gil-Albert, Oscar Esplá, Rafael Casasempere, Luís Antón, Rodríguez Albert, José Juan, José Tomás, Emilio Varela… pero también otros/as quizá más recientes a quienes podéis de seguro descubrir con sorpresa.Deseo que las páginas de este nuevo LOBLANC os brinden esas ocasiones.
Actualmente la programación cultural en Alicante se ha multiplicado exponencialmente en muchas manifestaciones, numerosas salas y hasta cafés con inquietudes dan cabida a exposiciones, charlas, teatro muy independiente, recitales, pasarelas improvisadas, ciclos de arriesgado cine, conciertos diversos de variado formato. Todo ello debido sin duda a un público creciente, un público que se acerca también incluso a la poesía, reflejo claro está del relativo buen momento que vive la poesía en esta época juvenil de rápidas redes sociales. No entraremos aquí en el debate que también ha surgido sobre si este auge poético tiene o no la suficiente profundidad; de momento con que sea auge y poético nos sonreiremos un poco a la espera, siempre a la espera de la poesía.
Centrémonos en este impulso de cultura, pensemos que la ciudad turística y cosmopolita va abriendo paso a un mayor desarrollo del espacio cultural. Claramente siempre queda mucho por hacer y por proponer, al igual que nos queda atesorar un poquito más de buena curiosidad y respeto por los artistas, nuestros creadores, ellas y ellos, en todas sus edades y sensibilidades, programadores, salas institucionales o no institucionales.
Sin caer en ese juego, que dicen se nos da tan bien, de imaginar mejoras de países cercanos y lejanos donde la cultura tiene otro calado. Estamos hablando del entorno donde habitamos, donde queremos ver un crecimiento y evolución que nos haga de verdad mejores espectadores, con la necesidad de mimar más nuestra visión del arte, ese mismo que nos ponemos por montera a la mínima ocasión y que en el fondo no puede ser un arte desconocido, ajeno, del alcance de otros.
Conozcámoslo, interesémonos, la cultura nos espera también en Alicante.
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