Casa Mediterráneo organizó este lunes, 3 de febrero, una nueva Tertulia Poética Mediterránea con la participación de la poeta siria Nesrine Khourry. Un espacio para la cercanía con las creadoras del mediterráneo y una buena propuesta para que cada día sea más importante la poesía en nuestras vidas, desde otras esferas, en otras lenguas consiguiendo la máxima pluralidad y diversidad desde las artes literarias.
A Nesrine Khourry, nacida 1983, la terrible y larga guerra que afecta a su país, Siria, le obligó ha dejar la ciudad de Homs donde vivía desde siempre, tuvo que huir prácticamente. Se trasladó a otra ciudad más segura y finalmente, desde hace unos meses, ha decidido vivir en la ciudad de Alicante y emprender una nueva etapa de su vida, en un lugar también con mar. Ella es una Ingeniera dedicada totalmente a la literatura.
Su primera colección de poemas fue en 2015 que publicó en una editorial de Damasco. Posteriormente una beca le permitió escribir su primera novela. Su segundo poemario fue “Golpeo la casa y salgo” y ganó también una beca de la Fundación Árabe de la Cultura y el Arte.
Ha participado en varias antologías poéticas y la última de ellas ha sido “Jo soc vosaltres” de seis poetas sirios en una edición bilingüe de árabe y catalán por Godall edicions que incluye las voces poéticas de Raed Wahesh, Rasha Omran, Talal Bu Khadar, Abdul·lah Al-Hariri, Nesrine Khourry y Wael Saadeddín.
Fue una escritora precoz y desde muy pequeña ha sido una gran lectora y su acercamiento a la literatura no lo consideró desde su origen pero finalmente algunas personas apostaron por ella porque empezaban a tener valor lo que escribía.
Su primer libro fue escrito entre 2011 y 2015 y, por tanto, la guerra le afectó directa e indirectamente, y aunque podía escribir un poema de amor, descubre que sus poemas son hijos de la guerra. Su guerra provocó que hubiera más expresiones literarias, especialmente realizadas por mujeres.
La última novela que se titula “Wadi Qandil”, que es el nombre de un territorio costero de Siria, es una obra que también se ambienta en la guerra donde la ficción recrea el acontecimiento real de una niña, que se salva de un naufragio. Esta niña es adoptada y en su vida descubre un diario que retrata la tristeza de la guerra escrito por una mujer mayor. Ella refleja en su novela la vida cotidiana de los sirios y sirias cuestión que no sale habitualmente en los medios.
Concluye diciendo que la buena literatura no tiene género, escribir bien no es una condición de ser hombre o mujer. Señala también que las redes sociales están siendo una oportunidad para que jóvenes creadores puedan publicar, pero quizá con estas nuevas plataformas han hecho perder la diversidad creadora.
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