La cultura

La cultura, tal y como la conocemos, queda recogida en el Diccionario de la RAE principalmente en dos acepciones. En primer lugar, como el conjunto de conocimientos que permite a alguien desarrollar su juicio crítico; en segundo lugar, como el conjunto de modos de vida y costumbres, conocimientos y grado de desarrollo artístico, científico, industrial, en una época, grupo social, etc. Siendo esto así, recogiendo ambas acepciones, cuesta creer que en Alicante se haya elaborado y puesto en marcha un plan de ciudad que incluya la cultura desde esa consideración transversal que le es propia y donde esta actúe como eje vertebrador de las diferentes áreas políticas desarrolladas en el municipio.

Huelga decir que la labor de la Concejalía de Cultura durante los mandatos del Partido Popular se circunscribía a manifestaciones más de apariencia que de contenidos, y con un sesgo amiguista que hizo que el desarrollo de la cultura en nuestra ciudad funcionase, más que con el apoyo de las instituciones, a pesar de las mismas. Durante el gobierno del tripartito, promovido por el trabajo del exconcejal Daniel Simón, este panorama parecía que podía revertirse, podía ser más democrático y participativo. Sin embargo, los vaivenes políticos del Ayuntamiento han dejado en suspenso este proyecto que, a pesar de todo, continuaba aquejado de una dotación presupuestaria ínfima, y de una falta del papel integral y vertebrador que antes reivindicábamos.

Quizá a la clase política de nuestra ciudad le convendría no olvidar aquello que  menciona la Agenda 21 de la Cultura. Esto es, que la cultura es un elemento que construye ciudad y ciudadanía; que como cuarto pilar del desarrollo sostenible, junto con la inclusión social, el medio ambiente y la educación, es fundamental que sea entendida como el factor transversal que debe recorrer cualquier proyecto integral de ciudad en la actualidad. Ojalá algún día nuestros políticos sean capaces de entender que la cultura, lejos de una consideración elitista y marginal, es un motor social que sirve para educar, integrar, socializar y generar ciudadanía; que está implicada en el desarrollo humano, el progreso y el bienestar.

Quizá cuando esto ocurra, obrarán en consecuencia.