Mariam Martínez Guirao realmente es como una planta ruderal, que sobrevive. Casi un tercer paisaje, por tanto, a veces se sobrevives como puedes y otras te alzas en cualquier situación.
Ella se puso trabajar con 15 años en una fábrica de calzado donde estuvo 9 años. Finalmente se lo dejó aunque había obtenido un puesto de dirección en uno de los departamentos. Después cursó secundaria, luego bachillerato, hizo la selectividad y finalmente la Universidad, donde se graduó en Bellas Artes por la UMH.
Es de Elche y ahora más nunca se siente un jardín in situ y no en movimiento. Y todo desde el Arte.
Pregunta: Eres artista e investigadora donde unes dos vertientes esenciales como es el arte y la naturaleza, la etnobotánica, entre otras cuestiones ¿verdad?
Respuesta: Me veo más como artista pero no sé si es por la dislexia y por mi orden caótico el proceso de investigación me ayuda a ser ordenada. Esto forma parte, por tanto, del discurso científico de la obra que realizo.
P: Me consta que en la actualidad estas desarrollando tu tesis doctoral sobre Psicología Ambiental. A qué aspiras con esta investigación.
R: No aspiro a grandes cosas porque voy poco a poco con metas a corto plazo. Nos gustaría que fuera un referente entre los y las artistas que trabajan el arte y la naturaleza para convertirse en arma que la gente y yo podamos utilizar.
P: Es posible que estés, con tu trabajo artístico, incentivando un nuevo diálogo social sobre la naturaleza desde el arte que no sé si es un proceso muy íntimo tuyo o tiene como misión ayudar a la transformación general para una mayor sensibilidad sobre la problemática ambiental.
R: Es todo. Empiezo cambiando yo la manera de sentir, esto necesito utilizarlo. Hasta el 2017 hice mucha obra objetual (obra personal) y después lo que yo llamo proyectos públicos con lo que pretendemosinvolucrar a la gente y ahora, en esta etapa, estoy intentando aunar e integrar las dos cosas, haciendo obra provocando implicar y activar al resto de la gente.
P: La última exposición que sé de ti, que fui a verla, es la de «Epifanía Vegetal» en 2021 en el ciclo de Arte en la Casa Bardín que comisario Álvaro Aroca. Cómo recuerdas aquella experiencia reciente. Recuerdo aquella frase que utilizaste de Santiago Beruete que te permitía justificar aquel trabajo: “Plantas y humanos estamos hechos de los mismos átomos y compartimos el mismo código genético”.
R: Esa exposición fue un antes y un después: aparición, conciencia psicoterrática y vegetación ósea. Es como un proceso de vida de tres fases. El confinamiento me permitió hacer esta reflexión. Yo lo llamo a esto sanarnos con la tierra. En definitiva disfruté mucho en esta exposición.
P: Disculpa, ¿las plantas sienten de verdad, en el sentido más humano de esta palabra o son solo hierbas algo inertes?
R: Mi teoría es que la clave existencial, esa pieza, la tienen las plantas. Las plantas renuevan el suelo, regulan ciclos, nos dan a entender qué hay en el suelo, un montón de llaves que el ser humano ha olvidado. La neurobotánica dice que sienten y se comunican entre ellas.
P: ¿Crees que nos estamos olvidando del territorio donde vivimos y con quien vivimos?
R: El diálogo que tenemos los seres humanos es a veces destructivo. Nos afecta la falta de naturaleza sobre todo la gente que vive en las ciudades. En el libro “Los últimos niños del bosque”, su autor Richar Louv acuña la frase “trastorno por falta de naturaleza”.
P: Por otro lado, eres una artista de procesos. La obra final, acabada, es importantísimo, pero he visto que tu consideras relevante el conjunto de fases previas a la creación final que incluso hasta documentas. Creo que es una buena solución para quien ve tu obra porque le descubres una importante fotografía de tu trabajo artístico. Otros artistas lo rechazan abiertamente.
R: Si hablo de plantas la obra tiene que estar un poco viva. Es importante enseñar el proceso, es importante porque tiene nuevas claves y el que lo está viendo puede darle un nuevo valor. Pero me parece bien que haya artistas que no lo quieran mostrar.
P: El arte deja también huella. Me refiero ecológica o esto es algo que ya está cambiando por la sensibilidad de las personas que sois artistas.
R: Creo que cada vez hay más sensibilidad pero a veces se queda en algo de moda. Yo empecé a medir mi huella de carbono. Antes trabajaba y medía mi huella de carbono,
ahora trabajo a la inversa, partiendo de entender la huella de carbono que va a generar y llegando,por tanto, a una decisión más coherente y menos hipócrita.
P: Echando mano de tu trayectoria quiero recordar que te seleccionaron y premiaron en los Encuentros de Arte Contemporáneo – EAC 2020 del Instituto Juan Gil-Albert y la Universidad de Alicante.
R: Fue toda una sorpresa. Y después de un conjunto de cancelaciones que tuve fue muy satisfactorio sobre todo porque era un reconocimiento en mi entorno, a nivel local, cuestión que no suele ocurrir.
P: Recuerdo que yo te conocí cuando estabas en la codirección de las Residencias Artísticas A QUEMARROPA. Un proyecto que viajó desde el 2014 al 2018, cinco años dando vida al arte y a los y las artistas. Que queda de todo aquello que promoviste con el resto del equipo.
R: Descansamos realmente en 2019, apareció en escena un nuevo proyecto Piedra, Papel o Tijera. ALC. Este año, sobre septiembre-octubre vamos a crear un mixto entre lo virtual y lo presencial.
En conclusión, la residencia A Quemarropa ha sido algo que ha crecido poco a poco, que muta como la vegetación silvestre.
P: En la actualidad me consta que estás desarrollando un trabajo de formación artística en el sector de la educación: desde el alumnado hasta el profesorado. ¿Cómo está resultado esta experiencia?
R: Muy enriquecedora. Ves que se despierta algo en la gente y eso es importante. Haces descubrir el arte desde esta manera donde este año tenemos un grupo muy motivado del profesorado.
En la actualidad se ha presentado a distintas convocatorias. Ha preparado una publicación con Asimétrica. Está haciendo un trabajo sobre la huella de carbono que servirá al conjunto de artistas para su medición.
En Granada a través de su Universidad participa en el proyecto “Al hilo de Fortuny. Vestido, identidad y arte contemporáneo” en el que han unido a una selección de artistas que trabajamos con textiles.
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